sábado, 30 de abril de 2022

REAPERTURA DE LA CAPILLA DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD JUNTO A LA PUERTA DEL LOSAL

 

Después de año y medio cerrada, vuelve esta capilla a llenar de luz

un lugar muy entrañable de la ciudad patrimonial 

El pasado día 30 de marzo fue una jornada histórica para los Caballeros Veinticuatro, dado que, desde finales de 2020 en que sufrió el último atentado, permaneció cerrada hasta que se ha reabierto para la ciudad y para la veneración popular, la capilla de la Soledad que hay junto a la puerta del Losal y nuestro colectivo apostó mucho por ella.

La mañana amenazaba lluvia, pero al final permitió que a la una de la tarde se pudiera realizar el acto sin ningún sobresalto climatológico. En este rincón de la ciudad de Los Cerros cargado de historia y romanticismo, el colectivo de los “Veinticuatro” congregamos a la alcaldesa de Úbeda, Toni Olivares; al concejal de mantenimiento, Jerónimo García; al arquitecto municipal, Juan Manuel Álvarez; al arcipreste, Antonio Vela; al hermano mayor de la cofradía de La Soledad, Juan Moreno; a los medios de comunicación locales (prensa, radio y tv) y a un puñado de vecinos, amigos y familiares, para que fuesen testigos de la reapertura tras su rehabilitación.

En primer lugar, tres de nosotros hicimos lectura de un comunicado a modo de proclama, como sello de nuestras intervenciones, que comenzó con las palabras de nuestro presidente Juan de Dios Peñas “Cirujano”, para continuar Luis Mª Jimena “Atanaor” y cerrar Juan Antonio Soria “Mercader”.

PROCLAMA

“La memoria se pierde con los vecinos que –de buena fe- siempre cuidaron este entrañable rincón de Úbeda. Un buen día, le pasaron el testigo a la familia de nuestro caballero de armas, el Heráldico, implicándose él de lleno cuando regresó de tierras catalanas a su ciudad natal. Y ese compromiso, atracción y afecto por esta capilla de la Soledad, ubicada junto al arco de la puerta del Losal, nos lo trasladó al colectivo Caballeros Veinticuatro, tanto fue así, que el último en formar parte del mismo, aquí lo nombramos como tal y aquí tomó los hábitos bautizado con el nombre de Caballero Bachiller y bajo la bendición de una antigua imagen –casi- desvanecida por el paso de los años.

Y el caballero Heráldico nos ponía al corriente de todos cuantos atentados había sufrido este singular oratorio, siendo el último –perpetrado a plena luz del día y con testigos- el que destrozó la puerta de madera a manos de… mejor diríamos a patadas, de un joven de las inmediaciones, demostrando así la incultura y el odio que atesoran algunos incívicos, porque son una minoría, pero se hacen notar mucho. A partir de ahí, comenzamos a movilizarnos por este lugar, nuestro y de todos, y a la par de nadie”.

 “Desde el primer momento el ayuntamiento, encabezado por Toni Olivares y secundado por Jerónimo García, prestó atención a nuestras demandas y se pusieron a trabajar para llevar a buen puerto la construcción de una nueva reja de hierro que aguantara los embates de ciertos energúmenos. La ejecución de la misma la dejaron en manos de unos de los mejores artesanos de la forja de nuestro país, los hermanos Tiznajo, los cuales presentaron un proyecto sencillo que fue aprobado adecuándose al entorno, al presupuesto y teniendo en consideración alguna sugerencia nuestra.

Mientras tanto, nuestro caballero Mercader estaba dedicando horas, días y muchas semanas para darle vida en el Photoshop al desvanecido y disipado cuadro de la Virgen de la Soledad. Para ello, fue consultando las numerosas obras de la misma advocación y de la misma época (siglo XVII) que existen en España y hasta fuera de ella y así poder conseguir lo más fiable a lo que pudo ser en su día, respetando y manteniendo los pocos elementos visibles que aún quedaban. Como toda intervención de este tipo, no estará exenta de la crítica, tanto la réplica del cuadro como la reja, pero con eso ya contábamos”.

“Después de más de un año, este recatado y centenario enclave de nuestra querida Úbeda, se muestra al pueblo con vida, reconstruido y remozado. Por tanto, en nombre del colectivo, de los vecinos y del pueblo de Úbeda, damos las gracias nuevamente a nuestro ayuntamiento por sufragar los gastos, tanto de la reja, de la pintura, como del cuadro. También damos las gracias a un donativo anónimo, al que se sumará el nuestro y el de la cofradía de la Soledad, a la cual haremos depositaria del primitivo lienzo para que lo custodie y en la medida de lo posible lo restaure o al menos lo consolide. En el nuevo aspecto que presenta esta capilla, también hemos querido hacer un guiño a la cofradía más antigua y genuina de Úbeda, la de la Soledad, tan cercana y vinculada a este lugar.  

Consideramos pues, que este día tan importante para nosotros, sirva de proclama anual reivindicatoria, o de exaltación, como ha sido el caso. Bien es cierto que un tanto demorada en el tiempo, pero ya sabemos que, las cosas de palacio van despacio. Ya por último y aprovechando el momento y la presencia de varios munícipes destacados, lanzamos otra nueva idea de recuperación para este barrio que no sería muy costosa (ya demandada en varias ocasiones), como es la puesta en valor y restauración de los restos del muro perimetral de lo que fue el convento de la Merced tan unido a San Millán, con la reposición de los escudos y para que la escultura en piedra de la imagen titular fuera visible. Ahí queda dicho.   

Y ahora, queremos que sea nuestro caballero Heráldico, bastante repuesto de su dolencia, quien abra la puerta –junto a la alcaldesa- de la remozada capilla por la que tantos desvelos ha tenido”.   

A continuación, el arcipreste bendijo la capilla y la imagen litografiada. Después, tomó la palabra el presidente de la Soledad y cerró las intervenciones la alcaldesa de Úbeda. Ya para finalizar, todos los que intervinieron nos hicimos la foto de familia para el recuerdo.

Ahora sólo falta que, aparte de la devoción que se tenga o deje de tener por la Virgen que preside la hornacina, se respete este encantador enclave. Un enclave, por cierto, que fue escenario de la película “El Hombre que supo amar” de 1979, inspirada en la vida de San Juan de Dios “el libero”, convirtiéndose la citada capilla en su librería.  







  


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