lunes, 30 de diciembre de 2019

NUEVA CARRERA SOLIDARIA "SAN SILVESTRE" EN ÚBEDA


Ayer domingo 29 de diciembre se llevó a cabo una nueva edición de la San Silvestre ubetense, una carrera lúdico-festivo-solidaria. Las varias decenas de participantes de todas las edades disfrutaron un año más con el buen ambiente, el deporte en familia, los villancicos y hasta con el "burrito Sabanero" que se sumó a la fiesta. Al finalizar todos recibieron del club organizador (Renacimiento) un refrigerio y un dulce propio de las fechas y brindaron por el nuevo año. Desde aquí Feliz Año 2020.  

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jueves, 5 de diciembre de 2019

UNA INCÓGNITA ACLARADA


Si nos fijamos en el muro que hay en la calle María de Molina, nº 16, veremos que lo corona una serie de piedras talladas con la figura que vemos en la fotografía que adjuntamos. Dichas piedras con esa forma tan curiosa, eran muchas más, pero desaparecieron cuando se construyó el edificio que se encuentra a su derecha por lo que ocupaban todo ese espacio.
Pues bien, Martínez Elvira en su trabajo sobre esta calle publicado en la Revista Gavellar número 90, viene a decirnos: “Entre los números 18 y 16 hay un muro que sólo cubre planta baja, pero que, curiosamente, aparece coronado por una crestería “goticista” de cuyo origen y significación no sabemos nada”.
No hace mucho, nuestro caballero Heráldico se topó con un hallazgo interesantísimo que viene a aclarar esta incógnita. Se trata de un plano del proyecto de obra del año 1863 que se encuentra nuestro Archivo Histórico. Resulta que esas piedras “goticistas” formaban parte del antepecho del tejado de nuestras antiguas Casas Consistoriales, pero al cambiarse el Concejo al Palacio de Vázquez de Molina, el reloj que lo coronaba fue trasladado al Hospital de Santiago y a la vez quitaron todo el antepecho con su crestería y lo dejaron de la manera que se encuentra en la actualidad.  
En su desmonte, las piedras en cuestión las pondrían a la venta las cuales serían compradas por el vecino de al lado para ponerlas coronando el muro o bardal que daba a la calle; o tal vez fueron desechadas sin darles mayor valor –algo muy frecuente en otros tiempos- y este vecino las colocó coronando la tapia de esta fachada. En los años 50, esta finca urbana la tenía en propiedad Francisco Poveda Expósito, un vendedor al por mayor de frutas en el mercado de abastos y en él almacenada grandes cantidades de ellas, principalmente racimos de plátanos para que allí maduraran.  
En foto adjunta podemos contemplar el plano del proyecto realizado por el maestro de obras Francisco de Cózar que viene a certificar lo aquí exponemos. También hemos recreado una simulación de cómo estuvo ubicado y observando muy detenidamente una fotografía de la década de los 70 del siglo XIX (hacia 1873), comprobaremos que en la década de los años 70 aún estaba la coronación e incluso se adivina la silueta del templete del reloj.