martes, 19 de mayo de 2020

MIS RECUERDOS DEL MES DE MAYO


Foto principio de los años 60
(Cedida por Bartolomé Camprubí)

Por JASA

En el mes de mayo de aquellos inocentes años de la infancia, aparecen en mis recuerdos mezclados varios sentidos que aportaban el color de las amapolas junto a las varitas de San José, el olor a la hierba amontonada en los portales de mi casa y el sabor diferente de la leche con su color amarillento, las habas verdes, los altares en las casas junto a una canción que cantábamos y acababa de así: “Con flores a porfía, que Madre nuestra es”.


LA TRAÍDA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE


Desde mi nacimiento y hasta entrados en la década de los 70, no supe lo que era ir de romería. En mi infancia sólo recuerdo varios momentos concretos: la visita a la capilla del Hospital de Santiago cuando traían a la patrona y pasaba allí unos días, las visitas a Santa María y la despedida en el mismo hospital por donde pasaba antes de retornar de nuevo a su santuario. Todo siempre de la mano de mi madre y puede que hasta me utilizara como acompañante, porque en aquellos años aún no estaba bien visto que una mujer fuese sola a ningún sitio. Creo que durante su estancia en Úbeda, a la patrona la llevaban sobre unas pequeñas angarillas a la casa de algunos impedidos o enfermos que lo solicitaban. Cuentan varios de mis coetáneos que, por nuestra calle la vieron pasar y entrar a casa de Juan Pedro “Telaraña”, pero yo ya no vivía con ellos. Para que sirva de recordatorio, la traída de la Virgen de Guadalupe a Úbeda se hacía el Domingo de Pentecostés, cayendo así cada año en una fecha distinta; sin embargo fue en esta década (1963) cuando la cofradía adelantó la fecha y adoptó el día 1º de Mayo para su romería y traída hasta Úbeda, siendo entonces su presidente Manuel Moreno Pasquau.

CAÍDA DE UN RAYO


Era domingo por la mañana y llevábamos un año viviendo en el número 76 de la calle Fuente de las Risas. Una tormenta matutina cargada de mucho aparato eléctrico despertó a la vecindad que aún no estuviera en pie, porque un fortísimo estallido hizo temblar todas las casas. Yo todavía estaba en la cama y serían entre las nueve y media y las diez menos cuarto de la mañana. Había caído un rayo unos metros más arriba, precisamente en la casa de Luisa y Antonio, los que tenían la tiendecilla. En esa misma casa y hace unos meses visité a Luisa, ya viuda de Antonio, y me contó lo siguiente: “El rayo atravesó la vivienda desde el tejado hasta los bajos de la casa. Destrozó varias paredes y quemó toda la instalación eléctrica, desplomando de la pared hasta el contador de la luz. Gracias a Dios no hubo que lamentar desgracias personales porque aquel rayo derritió las patas de la cama donde dormía mi hijo Blas, pero lo salvó la obligación de asistir a misa todos los domingos a los Jesuitas”. En la mente de esta familia jamás olvidarán aquella nube de mayo de 1962. La huella de aquel impacto quedó visible en la pared del tejado durante muchísimos años y a pesar de estar pintada, cuando paso cerca de ella aún reconozco el cerco que dejó.

martes, 5 de mayo de 2020

CABAÑUELAS EN EL CORONAVIRUS


A pesar de que en los tiempos que estamos atravesando no es prioritario saber qué tiempo va a hacer en las fechas más destacadas del calendario, hemos querido seguir publicando aquí el almanaque cuatrimestral que nos hace llegar nuestro amigo El Piti con las previsones cabañuelísticas de los meses de Mayo, Junio, Julio y Agosto. Bien es cierto, que los pronósticos del primer cuatrimestre han quedado acertados al cincuenta por ciento, lo mismo que también es cierto que todos los cabañuelistas de la zona o de la provincia, han tendio los mismos desaciertos. El tiempo está cambiendo -dicen.