miércoles, 27 de abril de 2022

RECUPERADA PARA EL PUEBLO, LA HORNACINA DE SAN ROQUE QUE HAY EN LA CALLE GALLO

 
Los "Veinticuatro" tras recuperar la hornacina de San Roque

Tres ser destrozada hace ya un tiempo y permanecer abandonada bastante más,

de nuevo vuelve a recuperarse para la satisfacción de muchos vecinos 

Como siempre estamos alerta de las deficiencias de nuestro patrimonio, hemos decidido –de motu proprio- intervenir en la recuperación de la hornacina de San Roque que se encuentra ubicada en una casa deshabitada en la calle Gallo nº 6. Hace unos meses hicimos una primera inspección para limpiar la hornacina de piedras y cristales y retirar la puerta para su restauración, adosándole una maya metálica para evitar que las pedradas destrocen lo del interior, trabajo que realizó el caballero Heráldico antes de su dolencia. Al mismo tiempo, el caballero Mercader se puso manos a la obra para la reposición de la imagen del santo con una litografía plasmada en una superficie metálica, para que aguante los embates del tiempo y las envestidas de los energúmenos. Porque, recordemos, que los enemigos de nuestro patrimonio y de estos lugares de fe popular, la emplearon a pedradas contra la hornacina, destrozando el cristal de la puerta y el cuadro con la estampa del santo, hace ya algunos años. 

Ignoramos la fecha en que se construyó esta hornacina, pero aunque su hechura es relativamente moderna, es posible que se hiciera en recuerdo de la ermita que antiguamente había en este lugar de nombre San Gil. Los vecinos de cierta edad recuerdan que, en los años de posguerra, en la pequeña capilla había una escultura con la imagen del santo, la cual fue retira en su día por un guardia municipal, posiblemente por evitar que la destrozaran y en su lugar colocaron una estampa que fue la que destruyeron últimamente.

La misma memoria colectiva recuerda que, en los años 40 y 50 del pasado siglo, anualmente los ubetenses participaban en una simpática y popular verbena que los vecinos celebraban el 16 de agosto en honor a San Roque, en lo alto de la calle desembocando en la plaza Gallego Díaz.

Pues bien, el pasado 26 de abril, los “Veinticuatro” pusimos de nuevo en valor este cachito de nuestro patrimonio local, pintando su interior y exterior, instalando la restaurada puerta con protección, reponiendo el cuadro con su advocación y colocando una sencilla ornamentación floral. Posteriormente invitamos a nuestro Ayuntamiento para que, su concejal de mantenimiento, ordenara a los operarios municipales que volvieran a dar la luz eléctrica que siempre tuvo esta hornacina y que prestos correspondieron a nuestra justa llamada.

Ahora, como ya dijimos en la capilla de la Soledad, esperamos que se respete esta coqueta hornacina de estilo neo mudéjar. Y si hay alguien que no confiese con estas creencias ni tampoco valore estos sencillos lugares de patrimonio local y vecinal, que pase olímpicamente por la calle y que no mire hacia arriba.





SAN ROQUE

La historia de este santo es muy interesante. Se sabe que nació en Montpellier (Francia) y quedó huérfano desde muy joven, pero guiado por la frase del evangelio de San Mateo “Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y vente conmigo y de ese modo tendrás un tesoro en el cielo” él la hizo suya y optó por seguir a Jesús en la pobreza e inició su peregrinación a Roma. A su paso por la región de Toscana, Roque se alojó en la ciudad de Acquapendente (Viterbo) y allí interrumpió su peregrinaje y se dedicó a atender a los enfermos de la peste bubónica en los hospitales de las ciudades por las que pasaba. Al final, él también se contagió y su cuerpo se llenó de manchas negras y azuladas signo evidente de haber contraído la enfermedad y para no molestar a nadie, se retiró a morir a un bosque donde había un manantial de agua. Aunque no tenía alimentos, cuando llegaba la hora de comer, un perro aparecía con un panecillo en la boca y de paso aquel animal lamía sus llagas. Con estas atenciones, milagrosamente Roque llegó a sanar y continuó con su labor, como era la de atender a los enfermos. Y aunque no se sabe el motivo, la verdad es que en su tierra fue encarcelado y allí murió.



A este santo se le representa enseñando la llaga que tenía en la rodilla y al perro con un panecillo en la boca. Igualmente, a San Roque se encomiendan todos aquellos que padecen de las rodillas. Es patrón de los cirujanos y de los empleados de pompas fúnebres.

Fotografías.- Miguel Ángel Soria Rodríguez


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