miércoles, 4 de marzo de 2020

EL PALACIO DEL OBISPO CANASTERO

Fachada del Palacio del Obispo Canastero

En el nº 204 de la Revista Gavellar y en el número 122 de la Revista Ibiut, nuestro caballero Heráldico publicó unos extensos y documentados trabajos sobre quién fue el fundador del Palacio del Obispo Canastero y el porqué de los dos bellos relieves que se exhiben en la fachada.
El relieve de la izquierda representa el sello de la iglesia de Santa María de Úbeda y es idéntico al de la catedral de Jaén, por concesión que hizo a nuestra iglesia mayor el obispo don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce en 1508. En él, se ve el templo de aquella ciudad resaltado de la imagen de Nuestra Señora de la Asunción que fue la advocación a la que sometieron ambas iglesias. La imagen, como el edificio, se halla sobre un dragón y debajo de todo se encuentra la muralla de la ciudad de Jaén.
El otro relieve representa a San Julián, patrón y obispo de Cuenca, del cual daremos una breve biografía. Nació en Burgos el año 1123, en el seno de una familia acomodada. Se dice que en su bautismo se apareció un ángel que, portando una mitra y un báculo, decía: “Julián a de llamarse”. Muy joven ingresó en la Universidad de Palencia, donde se doctoró en Sagrada Teología y en 1195 fue nombrado segundo obispo de Cuenca. Si nos fijamos en los elementos del relieve, apreciaremos al obispo con dos canastas a sus pies y otra confeccionándola en su falda; encima hallamos un cáliz que simboliza el escudo de la ciudad de Cuenca, la estrella representa la festividad de la epifanía que fue el día en que esta ciudad fue conquistada por el rey Alfonso VIII en 1177. El ángel con báculo, mitra y cartela, representa al que se apareció el día de su bautismo diciendo “Julián ha de llamarse”.
Refiriéndonos al escudo, nuestro caballero Heráldico nos amplia: Está soportado por dos guerreros y el mismo está timbrado con un manto sostenido por las manos y la argolla que pende del cuello de un esclavo, lo cual forma el conjunto más bello de todos los escudo de la ciudad.
Para acabar este estudio lo haremos haciendo una descripción de cómo la figura del santo fue decapitada. Al iniciarse la guerra civil de 1936, los edificios religiosos y algunos palacios fueron utilizados como cárceles, almacenes, garajes u oficinas. Al convento de los Padres Carmelitas se destinó para sede del Sindicato de la CNT. Un día del mes de septiembre, un grupo de milicianos armados salió de estas dependencias en busca de Millán López Ruiz, conocido por el apodo “Polizón”. Le esperaron en el torreón de la Puerta de Losal, y cuando apareció junto a un tal Lindes, le echaron el alto, pero éste en vez de pararse emprendió la huida calle arriba, entonces aquéllos le dispararon hiriéndole levemente, por lo que él siguió hasta refugiarse en este palacio, propiedad entonces de don Lázaro del Moral. Allí se escondió en la cama del propietario. Los perseguidores, siguieron el rastro de sangre y viendo que se encontraba dentro de aquella vivienda, se apostaron en los balcones y ventanas de enfrente. Escalaron los tejados de las casas vecinas y voceando, le instaron a que se entregara. Al verse perdido, salió a la calle y puño en alto, emprendió de nuevo la huida al grito de “Compañeros, libertad”, pero su fuga fue atajada al dispararle sus perseguidores a la cabeza, haciéndole saltar la masa encefálica que se estampó en la encalada fachada de la casa de al lado, propiedad de Manuel Ruiz Salido “Pancharra”. Fue durante esta refriega cuando otro miliciano disparó a la cabeza de Obispo Canastero, la cual cayó al suelo, siendo por varios días juguete de los niños de la calle.


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