lunes, 6 de abril de 2020

SACAR TAJADA DEL CORONAVIRUS


Nos enfrentamos de lleno a la postmodernidad, más manifiesta que nunca. El TODO VALE. La gente sabe de todo y más que nunca. Más que los/as profesionales que salen en la televisión informándonos cada día de la situación actual. También, son políticos, legisladores y podría decir que muchos/as de ellos/as hasta podrían haber hecho cursos en algún seminario. Tus amigos/as opinan. Tus vecinos/as opinan. Tu familia opina; éstos los que más opinan o porque los escuchas más fuerte y más de cerca. Todos/as opinan. Dictan. Todos/as dictan. (Realidad que encontramos dentro del colectivo teatral a cada cosa que hacemos y más si cabe, dentro de la estructura educativa). ¿Crítica constructiva?, eso no es postmoderno. Crítica o podría ser incluso ataques que se hacen desde el “Yo tengo la razón”, “Yo lo haría de otro modo”, “Eso no se hace así”, “Yo lo hago mejor”. Todos los individuos, tienen una solución posible. La solución no la tiene nadie de forma individual, ni nadie concreto. La tienen ellos/as, los/as que hablan, opinan, enjuician, reitero, dictan.
El gobierno, intenta plantear esta situación desde una mezcolanza entre la modernidad y postmodernidad. Aplica un método que solo ha funcionado en China, pero es obviado y observa a Italia, en una situación de peor calibre, pero con paralelismo cultural, lingüístico y geográfico.
A las 20:00 h. o en concreto, a las 19:58 h., sale la población española y creo que alguna de otro país a hacer palmas por agradecimiento y solidaridad a todos los cuerpos de profesionales tanto en la sanidad, en los servicios y en el sector primario, que se están dejando su piel y exponiendo su salud y tiempo para que a nosotros/as no nos falte lo básico, una atención sanitaria y cubrir las necesidades básicas de alimentación. Un claro gesto y ejemplo de humanidad. Este hecho es un símbolo de colectividad ante una situación individual. Se genera una identificación. “No hay roles, no hay partidos”.  Todo esto aderezado y endulzado con la música. Canciones como la de Sobreviviré de Mónica Naranjo o Resistiré del Dúo Dinámico, “salen del armario”, para ponerse de moda y abanderarse como consigna o himno de lucha, para lo que muchos/as han denominado como Tercera Guerra Mundial. Aprovechando esta situación surgen otras iniciativas  a las 21:00 h. o a las 22:00 h. para hacer palmas por otras cuestiones que ya van rozando lo político.
El terrorismo del miedo se ha instalado. Cuando se decretó el confinamiento a partir del 14 de marzo, la muchedumbre incumbió en los supermercados y tiendas de barrio para abastecerse de los productos que necesitase como geles hidroalcohólicos, (o los componentes para su elaboración), papel higiénico o algún bien de primera necesidad. Durante la primera semana se veía el pánico y la incertidumbre en la gente. Ahora con el paso del tiempo, eso se ha normalizado y no se agolpan por dejar limpias las estanterías de los supermercados. El gobierno: “No habrá desabastecimiento” y así está siendo. Parece que sí tendremos asegurado el papel higiénico mucho tiempo más.
Los tecnócratas tratan de analizar la situación desde un perfil formado. Vemos que en el caso del gobierno central, su posición  es más militarizada. Ruedas de prensa con la ministra, el experto en salud y las fuerzas de seguridad (policía, guardia civil y militar). En otras comunidades, los comunicados se hacen con periodistas y expertos en sanidad, médicos, científicos, y responsables del gobierno. Muy diferente a la postura mostrada en las ruedas de prensa por el gobierno de coalición en referencia a otras comunidades autónomas.
La información, como servicio de control y desinformación. Los medios abusan del mantra “El coronavirus, infectados y fallecidos”. Una responsable de sanidad, instó a que dejaran de hacer eso, porque solo conseguía quebrar la confianza de los/as ciudadanos y generar más miedo, y la información era igual de poco necesaria, por la desinformación y el descontrol que traspasa a la ciudadanía.  En mi casa ahora mismo, los comunicados de las 15:00 h. en las noticias del medio día en España, se toman a modo frívolo por la situación que hay. Viendo ya el número de muertos diarios y de afectados, como una competición, pasando los fallecidos a ser puntos por cada país. Hoy, 750, hoy 862, hoy 815, hoy más que nunca, 960, etc…. Son personas, pero hoy más que nunca, son números-cifras, no tienen sepelio ni despedida esos familiares. Recuerda a otras épocas, unas muy lejanas y otras no tanto. Los/as griegos/as ya hablaban de eso, desde el teatro con obras como Antígona, cómo enterrar a tus muertos/as, si ni siquiera puedes despedirte de ellos/as.
La educación también está pasando por un punto crítico. Hemos evolucionado y cambiado en millones de aspectos pero el trasvase a educación telemática está siendo un fracaso tanto a nivel docente, como de retroalimentación a los/as estudiantes. Dejando en duda, si el/la estudiante está aprendiendo o no. Un pasatiempo profesional y educativo. Cómo entretenernos para no perder el curso y ellos/as poder tener sus horas de trabajo por la inspección cumplidas y seguir recibiendo salario. Una situación difícil y crítica y creo que va a tener muchas reflexiones.
La escuela nunca ha sido postmoderna, hay corrientes que intentan encauzarla hacia ese cambio y más en esta situación de obligado confinamiento en los hogares. Pero no lo es, y seguirá sin serlo durante mucho más tiempo. Estudiamos con lápiz y papel pero existen superordenadores, internet y cohetes espaciales. Existe una dificultad aparente en el desarrollo cognitivo de enseñanza –aprendizaje. Llamémoslo, desfase. No existe la retroalimentación (Feed-Back) directa yreal con el aula presencial –aula magistral.
Los vídeos de mantenimiento físico, que desde televisión o redes sociales nos lanzan en campaña: “PODEMOS”. Cada uno/a piensa y ofrece la mejor o ideal manera para pasar esta cuarentena en el mejor estado físico posible. Todos/as piensan que su forma es la mejor. Antes, buscaba videos de ciertos ejercicios o ciertas técnicas para poder practicar en casa y nunca tuve la oportunidad (fallo en el sistema de formación), ahora tenemos saturación de información, informal e imparcial. Cualquier persona puede ofrecer servicio y sistemas de mantenimiento físico y algunas no tan buenas para tu salud porque no están hechas por profesionales y las que sí lo están no saben qué público los está viendo.Cada uno/a piensa que su forma es la mejor y su método el ideal para esta situación.
Dentro de todas las crisis siempre hay gente que gana. Todas las redes sociales que nos mantienen en comunicación diaria y todas las conexiones “streaming”, (al momento) como Youtube, Netflix, Filmin, HBO, o Facebook, Whatsapp, hacen que sean sus mejores momentos económicos y ahora sí, poder tener un registro perfecto de todos nuestros gustos y datos de consumo, cuando el capitalismo vuelva a encender la maquinaria de arranque.
El medio ambiente, es el único que está saliendo beneficiado en todo esto. Igualmente, esa es una visión baladí del problema, por la situaciónactual no se revierte por dos meses con las industrias paradas, son nuestros hábitos los que tienen que cambiar después de esta situación. Por otro lado, la generación y producción de los productos sanitarios de esta crisis, son muy tóxicos y perjudiciales. Todos los desinfectantes, los hipocloritos de sodio (lejías) repartidas en grandes volúmenes por todos los espacios públicos de todas las ciudades de todo el mundo, eso va al suelo y al mar. Toda la cantidad de mascarillas, guantes, batas y demás fungibles, que se desechan al instante y cada día por volúmenes que mejor no saber las cantidades. Bien terminan en las chimeneas de los hospitales, en vertederos sanitarios o en el mar.
Las Artes (Cine, Teatro, Música, Literatura, Danza, Pintura) son las que nos están permitiendo salir de la rutina de encierro y proporcionan la evasión desde nuestros cuerpos y mentes al exterior, físicamente y emocionalmente desde nuestras casas. Todas ellas, las más afectadas por esta crisis sanitaria global. Las primeras que cancelaron sus espectáculos y seguramente las últimas en reponerse de esta situación. Ensayos parados, producciones congeladas, teatros vacíos. Costará sacar esta situación adelante. Los/as primeros/as profesionales que ofrecen cursos y masterclass (clases magistrales) gratis, a otras personas, simplemente por el hecho de aprender y no dejar de trabajar en el oficio. Varios cursos online he realizado con profesionales del sector altruistamente, y quien sabe, posibles estudiantes cuando todo esto acabe. El hecho de que la sociedad vuelva a usar las artes como fuga de la realidad y sobrellevar la situación sobrevenida, no es postmoderno, ni moderno, es ancestral. Siglos y milenios, el ser humano lleva usando el arte como medio de manifestación de sus emociones y reflejo de su sociedad del momento. Solo que aquí se vuelven al servicio de la evasión y evitando el tedio absoluto generado por la situación de confinamiento.
En este confinamiento, hemos visto como los militares y policías “fuerzas del orden”, han tomado las calles e incluso nuestra libertad, vigilan nuestros pasos y nuestras acciones de forma diaria, con un importante repunte en las partes de la tarde, y menos por las mañanas donde dentro la situación de excepcionalidad, vemos un flujo de vida diario aparentemente normal. Fuerzas que cuando llegan las 20:00 h., interrumpen su patrulla y también (se) aplauden y ponen el himno de España desde sus automóviles.
Dentro de este confinamiento, una de las cosas que indica totalmente que estamos en la postmodernidad es la forma de comunicarnos entre los familiares. Al estar aislados cada uno/a en sus domicilios, las redes sociales, forman parte como un familiar más de nuestro día a día y refleja cómo nos comportamos y se comporta la sociedad de nuestro alrededor o que se encuentra en una situación similar.
El no poder trabajar, sobre todo de cara al público o evitar coger los medios de transporte para ir al lugar de trabajo, han incentivado la aparición de la modalidad, teletrabajo (Trabajar desde casa). Después de esta situación creo que muchos empresarios/as verán esto como una posibilidad eficiente, barata y eficaz y que en algunos casos podría ayudar a la conciliación familiar, o no.
Desde nuestras casas y dentro de ellas, nos da la sensación a veces, de que el mundo sigue y solo nosotros estamos haciendo esto, o que es una broma. Llegamos a la performance colectiva y sobre todo con las ocurrencias y situaciones que se están produciendo a día tras día en los hogares de todos/as y cada uno/a de nosotros/as. Procesiones de semana santa desde los balcones, ejercicios físicos con los rollos de papel higiénico y así, mil y una forma de desfogar el apetito emocional que en muchos casos, se apagaba bebiendo en los pares de la esquina o yéndose de tapas, antes de la cuarentena. El ahogo emocional ante una situación de no escape. Un Escape Room sin solución aparente, donde la norma principal, es la resistencia. Todo roza los límites de la realidad y cuando lo veíamos en las películas era improbable que se diese. Ahora se da y los límites de la realidad se han estrechado, tanto que ahora estamos y somos eso, la realidad con sus aristas romas y delimitadas.
Casos así provocan que la gente aburrida en casa se grabe cualquier cosa que hace, prestándole más la atención a la necesidad del ser humano de ser escuchado y que el arte en muchos casos deja explorar. Este fue el caso de María Rubio, una egresada de la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, que grabó un vídeo donde se ve cambiando de acento cada vez que habla y describiendo un poco su situación ante el confinamiento y considerándose ella misma en el video que está loca por ser capaz de hacer eso o que el confinamiento la lleva a hacer ese tipo de cosas. Se ha hecho viral. Esto es postmoderno. Lo efímero e individual del arte. De esto, habrán pasado varios días. Seguramente nadie se acuerda de ella.
Como conclusión, creo que esta crisis generada por el Coronavirus o COVID-19, será uno de esos hechos históricos como fueron las guerras mundiales o la destrucción de las torres gemelas. Hechos globales que cambiaran la realidad conocida hasta ahora. Cambios en la economía, cambios en la sociedad, cambios en las formas de trabajar, cambios en las formas de educar, cambios por todos lados, y seguro que muchos mejores, porque el ser humano aprende, y otros muchos peores, porque en las crisis siempre hay desalmados/as intentando sacar tajada.

Miguel Ángel Soria Rodríguez

Viernes, 3 de abril de 2020

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