La venta de Paula. (Foto J.G. Barranco)
Aún queda en pie el edificio
que en su día fue la Venta de Paula que estaba –y está- ubicada en el camino
real de Valencia. Antes de ella, según el historiador Ginés Torres Navarrete,
se alzaba en este mismo lugar la Ermita de la Virgen de Gracia. Por tanto esta
nueva edificación se construyó en el mismo terreno que antaño ocupaba la
ermita, siendo las centenarias y venerables piedras de su fábrica las que se
aprovecharon para levantar dicha venta.
Hoy ya
forma parte del recuerdo, pero hasta hace algo más de medio siglo, tanto la
venta como su entorno, tuvieron mucha vida y era un enclave muy transitado.
Hagamos, pues, un viaje por las inmediaciones. Empezando por el Despeñadero,
diremos que este lugar tiene un abundante venero de agua en el que su dueño instaló,
en aquellos tiempos en los que no había red de abastecimiento de agua en las
casas, un lavadero público donde muchas mujeres bajaban con sus ropas para
lavarlas y por dicho servicio pagaban una pequeña cantidad de dinero. A partir
de aquí el desnivel del terreno es muy pronunciado, porque desde este punto
hasta la Alberquilla, todo eran canteras de piedra que se empleaban para la
construcción de nuestros edificios, y en el terreno de abajo que quedó libre,
se convirtieron en ricas y productivas huertas. Ahí tenemos por ejemplo la
Huerta del Despeñadero que fue propia del Hospital de Santiago hasta la
desamortización de Mendizábal. Junto a ella había otra que perteneció al
Marqués del Donadío.
Por
debajo de estos hortales pasa el camino que va para la Ermita de Madre de Dios
del Campo. Este camino –precisamente- se bifurca en la venta de Paula para ir a
Sabiote y también en este lugar se juntaba el Camino de la Fuente de la Salud
que arrancaba desde el Cristo del Gallo, pasaba por lo que ahora son las calles
Olivo, San Ramón y por la desaparecida Fuente de la Salud, que estuvo en lo
alto de la calle Juan XXIII y terminaba en la pontanilla del Arrollo de la
Alameda. Añadir por último que en ese desnivel se hallaba un abrigo de pastores;
también en su día sirvió como refugio para los que custodiaban los campos y que
posteriormente llegó a conocerse como la Cueva de la Curra, nombre popular que
le vino de una mujer desgraciada que vivía pésimamente de su cuerpo. La cueva
quedó ocultada no hace muchos años con los vertidos que se arrojaban desde la
fábrica de baldosas y piedra que hay junto a la fábrica Liderfil.
El entorno de la venta. (Foto J.G. Barranco)
Descripción
de la foto 2.- (1) Camino de la Fuente de la Salud, (2) Cueva de la Curra, (3)
Camino de Madre de Dios, (4) Camino de Sabiote, (5) Venta de Paula, (6) Camino
de la Alameda y (7) Arroyo de la Alameda.
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