Entrada la refugio de San Nicolás
Este tema nunca había
sido tratado por los historiadores locales, por lo tanto todo lo que aquí demos
a conocer será inédito para la mayoría de los ubetenses. Se trata de los
refugios antiaéreos. Sí, esos abrigos que se construyeron en la guerra civil para
guarecerse en caso de bombardeos. Gracias a las noticias vertidas por el
semanario Vida Nueva, sabemos cuándo se iniciaron, quién los proyectó, quiénes
trabajaron en su construcción y quién los pagó. Desde luego fue un gran
derroche de trabajo y dinero invertido en unos refugios que afortunadamente
nunca se llegaron a utilizar.
Una
de las grandes preocupaciones que tuvo nuestro Ayuntamiento en el periodo de la
Guerra Civil, fue dotar a la ciudad de estos locales en donde la población
pudiera resguardarse en caso de haber bombardeos y gases. Según el periódico
Vida Nueva del 8 de noviembre de 1937, esta responsabilidad le vino al alcalde
a partir de la circular que el ministro de la defensa Indalecio Prieto había
enviado el 29 de junio de 1937 a los alcaldes ordenándoles la creación de
comisiones para que se encargaran de la preparación y realización de dichos
refugios. El redactor nos dice que el 6 de noviembre el alcalde Blas Duarte
Ortiz convocó una reunión con los técnicos y demás personas, saliendo de esa
junta nombrada la comisión que había de encargarse de llevar a efecto lo
ordenado. El nombre de la misma fue Defensa Especial Contra Aeronaves, D.E.C.A.
También acordaron reunirse cada semana con el alcalde para dar cuenta de las
gestiones realizadas y demás asuntos.
El
día 22 de noviembre de 1937 el semanario citado nos dice que el lunes día 15,
el alcalde se reunió con la D.E.C.A. y entre otros acuerdos tomaron los
siguientes:“Abrir una suscripción con el
fin de recaudar fondos para la construcción de los refugios. Establecer un
impuesto de dos pesetas mensuales para todos los cabezas de familia que figuren
en las cartillas de racionamiento. Hacer una emisión especial de sellos para
sean adheridos a toda clase de artículos. Oficiar a las entidades de albañiles
U.G.T. y C.N.T. para que faciliten relación de los obreros parados, no
comprendidos en las movilizaciones decretadas por el Gobierno, para poder crear
las brigadas de desescombro. Así mismo acordó en invertir en esta clase de
trabajos a los obreros evacuados. Construir tres refugios-sótanos: Uno de ellos
en la travesía de la calle Minas a la Explanada (Desconocido y quizás no se
construyó); otro en la Plaza de Carreteros y otro en la plaza del Cronista Muro
(Claro Bajo). Habilitar nuevos sótanos en los sitios estratégicos para una
capacidad de 15.000 personas, además de los 30 ya terminados, que tienen una
cabida aproximada de otras 15.000. Con estos sótanos y las defensas antiaéreas
que se están instalando, la Comisión confía en que Úbeda quedará perfectamente
prevenida, para sufrir el menor número de víctimas, en caso de producirse un
bombardeo”. Continúa el periodista diciendo que habían visitado los
refugios ya terminados y dice: “…merece
destacarse, entre otros muchos, el construido en la Fuente Seca, por su
magnífica obra de gran capacidad y resistencia”. Esto nos hace pensar que en
este refugio actuaron a marchas forzadas, pues aunque hubiesen empezado cuando
se recibió la orden ministerial, sólo habían transcurrido cinco meses escasos,
por tanto o allí había de antes alguna cueva u hostigo natural y lo que
hicieron fue una intervención de remodelado y seguridad como son los arcos, o
dijeron algo que no era cierto. Termina el periodista alabando al técnico
aparejador del Ayuntamiento Eduardo Boluda Leiva por su labor y le alienta a
seguir. Un maestro de obras de los mismos fue Antonio Deblas Olivares.
El
6 de diciembre de 1937 se nos dice que debido a los enormes gastos que
producían la construcción de los refugios, los miembros de la D.E.C.A. trabajaban
incansablemente para ver el modo de hallar dinero para ello. Y acordaron abrir
una subscripción voluntaria en los siguientes lugares: Alcaldía, Comandancia
Militar, Centro de Higiene del Hospital, Inspección de Policía, Comercio “La
Verdad” e Industrias Graficas. También dice que a beneficio de la construcción
de refugios, se celebró un grandioso concierto musical por veinte profesores de
la orquesta de espectáculos públicos, se guidas de las palabras del señor alcalde
para continuar con la actuación de la inteligente y culta maestra nacional
Guillermina de la Obra Beierle, que dio un recital de poesía de los mejores
autores y además cantó algunos fragmentos de zarzuelas. Y como fin de fiesta se
proyectó la película “Melodía de Broadway”.
El
15 de marzo de 1938 en este informativo viene un aviso del alcalde como
presidente del comité de la D.E.C.A. haciendo saber que la construcción de los
necesarios refugios suponía un enorme gasto de jornales y materiales y que
ateniéndose a lo que el ministerio ordenó, su coste tenía que ser pagado por
cuenta exclusiva de todos los ciudadanos sin distinción de clase ni edad. Decía
también que, aunque tenían facultad para gravar los artículos de consumo en lo
que hubiesen creído conveniente, el comité había confeccionado pliegos de
sellos que entregaba en cada establecimiento y que debían de pagarle en el
acto. Y el vendedor tendría que pegar en los productos, que no fueran de
primera necesidad, tantos sellos como importara el 25% del producto que pagaría
el cliente. El comerciante también tendría que poner un sello en cada carta
comercial que enviase y en cuantas operaciones comerciales realizara. Y
advertían que “dejamos en entera
disposición, no estableciendo por ahora, más control sobre las mismas que el
que le dicte su conciencia antifascista y convencidos de su seriedad, pero si
en el transcurso de los días viéramos que su labor en beneficio de este
altruista fin era hostil a nuestros propósitos, nos veríamos obligados a tomar
medidas encaminadas a conseguir, por mandato de la disposición ministerial que
reseñamos, la recaudación que en derecho le corresponda”. Por otro lado
vemos que, con el mismo fin, el Consejo Municipal acordó entregar a la D.E.C.A.
la subvención mensual que tenía asignada para el socorro del hospital y el de
calamidades públicas.
Refugio de la calle Fuente Seca (Mesón Gabino)
Símbolo de la DECA
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