La última
excursión facultativa la realizamos el pasado 30 de noviembre a Alcalá la Real para ver
la exposición conmemorativa del 450º Aniversario del nacimiento en esta
localidad del genial escultor y retablista Juan Martínez Montañés (1568-1649).
Tras hora y media de viaje debido a la intensa niebla, llegamos ante el
Convento de Capuchinos donde se exponía la muestra titulada JUAN MARTÍNEZ
MONTAÑÉS “EL DIOS DE LA MADERA”. Este escultor fue un referente en su época,
dado que creó escuela en nuestros Siglos de Oro. La visita fue guiada y salimos
muy satisfechos de ella, tanto por las obras que allí se exponían, como por la
intervención de la guía.
Una vez
acabada, quisimos dar un paseo por la zona céntrica de Alcalá, la que fuera
cuna también de otro genio de la escultura e imaginería como lo fue Pablo de
Rojas y posible patria del Arcipreste de Hita. Visitamos la iglesia de San
Antón, curiosa por su forma circular. Luego entramos brevemente en el palacio
Abacial, para proseguir por su principal y bien conservada calle en cuando a
sus edificios se refiera, para introducirnos en la bonita iglesia de la
Consolación o Santa María la Mayor. Luego nos dirigimos hacia la plaza del
Ayuntamiento donde se encuentra el Consistorio en un edificio del siglo XVIII y frente a él la
escultura en bronce del personaje por el que fuimos a visitar esta ciudad
fronteriza cargada de historia.
Tras comer
en un bar ubicado en el paseo de Los Álamos, dirigimos nuestros pasos hacia la
Fortaleza de la Mota que se encuentra coronando la localidad a más de mil
metros de altitud sobre el nivel del mar. Y quedamos sorprendidos por el
magnífico espacio que se ha recuperado para la historia y el turismo, junto con
una muy acertada intervención en su restauración. Una fortaleza que tuvo un
papel importantísimo durante la época islámica y posteriormente durante la
Reconquista. Quedan restos visibles de distintas épocas y culturas muy bien
conservadas, aparte de recreaciones y varias salas de exposiciones. La iglesia
Mayor Abacial, también se suma al atractivo del lugar, sobre todo por el
aspecto que ofrece su suelo plagado de infinidad de fosas y enterramientos
abiertos. Otro atractivo más que nos satisfizo de dicho enclave, son las
magníficas vistas que desde él se pueden contemplar, dominando buena parte de
la provincia de Jaén, Córdoba y Granada, coronada por Sierra Nevada, vestida ya
por su blanco manto.
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