sábado, 11 de diciembre de 2021

INTERVENCIÓN EN LA HORNACINA DE SAN ROQUE



Como siempre estamos alerta de las deficiencias de nuestro patrimonio, hemos decidido de motu propio intervenir con una pequeña restauración en la hornacina de San Roque sita en una casa deshabitada en la calle del Gallo, nº 6. Así pues, pon- dremos una nueva estampa del santo, restauraremos la puertecita y comunicaremos al ayuntamiento que instale nuevamente la luz que siempre tuvo. Parece ser que los enemigos de nuestro patrimonio y de estos lugares de Fe, la emplearon con dicha hornacina y, a pedradas, rompieron el cristal de la puertecilla y después hicieron desprender de la pared la estampa del santo, que con el paso del tiempo se ha ido desmoronado.

Ignoramos la fecha en que se construyó esta hornacina, pero aunque su estilo es moderno, es posible que se hiciera en recuerdo de la ermita que antiguamente había en este lugar titulada de San Gil. Sea como fuere, el caso es que en la década de 1950 todos los años los ubetenses participaban en una simpática verbena que los vecinos celebraban el 16 de agosto en honor de San Roque.

Sobre las historia de este santo apuntaremos que San Roque nació en Montpellier (Francia) y quedó huérfano desde muy joven, pero guiado por la frase del evangelio de San Mateo “Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y vente conmigo y de ese modo tendrás un tesoro en el cielo” él la hizo suya y optó por seguir a Jesús en la pobreza e inició su peregrinación a Roma. A su paso por la región de Toscana, Roque se alojó en la ciudad de Acquapendente (Viterbo) y allí interrumpió su peregrinaje y se dedicó a atender a los enfermos de la peste bubónica en los hospitales de las ciudades por las que pasaba. Al final, él también se contagió y su cuerpo se llenó de manchas negras y azuladas signo evidente de haber contraído la enfermedad y para no molestar a nadie, se retiró a morir a un bosque donde había un manantial de agua. Aunque no tenía alimentos, cuando llegaba la hora de comer, un perro aparecía con un panecillo en la boca y de paso aquel animal lamía sus llagas. Con estas atenciones, Roque llegó a sanar y continuó con su labor como era la de atender a los enfermos. Y aunque no se sabe el motivo, la verdad es que en su tierra fue encarcelado y allí murió.

A este santo se le representa enseñando la llaga que tenía en la rodilla y al perro con un panecillo en la boca. Igualmente, a San Roque se encomiendan todos aquellos que padecen de las rodillas. Es patrón de los cirujanos y de los empleados de pompas fúnebres.

Estampa del santo que repondremos

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