Teatro Chino de Manolita Chen
LA FERIA EN LA ESTACIÓN
Por JASA
Detrás
de la Colonia del Carmen montaban el circo Arriola pero a él nunca me llevaron
mis padres; me conformaban con ver por detrás las jaulas de las fieras…
y
comprobar el pestazo que desprendían.
La celebración oficial de la festividad San Miguel
en la feria de los años 60 se limitaba a una misa en Los Frailes y así se ha
mantenido durante muchos años hasta la aparición del grupo parroquial que en su
día impulsó Eduardo Jiménez Torres “Zorrica” y que saca en procesión al patrón
desde el año 2001. La feria, durante la década que estoy recordando, tuvo su
enclave en lo que iba a ser en su día la nueva estación del tranvía, aunque por
avatares del destino quedó siendo la estación de autobuses y en la actualidad
aún continúa así. Dentro de la edificación y a mediados de los 60 (1966-1967)
se montó un parque y rio artificial con ciervos incluidos a iniciativas de la
Compañía Sevillana de Electricidad en colaboración con la Jefatura Provincial
de Montes, dando vida a la Feria de la Electricidad. Aquello fue un atractivo
que recuerdan todos los que lo vivieron. Bajo el mismo techo se ubicaba la
caseta municipal. En 1960, y esto no lo viví pero me lo han contado, en los
bailes de esta caseta popular, cada día se elegía a la “Guapa” de un barrio y
curiosamente uno de esos días le tocó a la representante del “Barrio de la
Fuente de las Risas” ¡Qué categoría!
A su alrededor se montaban las demás casetas, los carruseles y el teatro Chino
de Manolita Chen, que llamaba nuestra atención pero sin saber qué espectáculo
se ofrecía en su interior. Aparte de los perdurables coches de choque, estaban
las Cunicas de Sánchez, las Olas de Vico, las Volaoras, los Aviones-torpedo, la
Barca, el Látigo, el Baby Maribel, Baby Gaitán, etc.,… Había otras atracciones
como la Casa de los Espejos, La Petite Terín, La Mujer serpiente y las tómbolas
como la de Cristóbal con su regalo de ¡Balón,
balón, balón y balón! o la de Las Muñecas con su premio especial de ¡Una Muñequita andadora! En el entorno,
se ubicaban los bares, churrerías y varios puestos, algunos exponiendo una
novedosa golosina como era la manzana envuelta en caramelo rojo y en algún
rincón o esquina, un hombre o mujer vendiendo berenjenas de Almagro que tenía
dentro de una orza. Y otros tenderetes que vendían marisco con montones de
camarones, cangrejos y gambas muy rojizas, sobre hules de plástico blanco.
Frente a la estación se instalaban otras casetas de baile, como la del Club
Diana e incluso de la Cruz Roja, porque la del Club 61 la ponían en el edificio
de Falange. Detrás de la Colonia del
Carmen (antes de convertirse en la calle Granada) montaban el circo Arriola
pero a él nunca me llevaron mis padres; nos conformábamos con ver por detrás
las jaulas de las fieras y comprobar el pestazo que desprendían. En esta década
se impulsaron varias actividades que ya han desaparecido, como el Concurso de
Hípica en el Campo General Nogueras Márquez, desde 1967; las carreras
pedestres, las carreras ciclistas y también unas curiosas carreras de
camareros. Las tiradas de Pichón y Plato, las representaciones teatrales y
sobre todo las corridas de toros, tenían su cita anual en estas fechas,
despuntando por este tiempo nuestro torero más destacado, Antonio Millán Díaz
“Carnicerito de Úbeda”. La feria de ganado estaba por entonces ubicada en la
calle San Marcos e inmediaciones y pocos años después la trasladaron a la parte
norte, junto a la carretera de Circunvalación y calle Carolina. Ponía el broche
final la Gran Traca que, junto al Castillo de fuegos artificiales del día de
San Miguel, eran los dos espectáculos pirotécnicos que en aquellos años se
hacían.
Extraído
del libro en preparación 12 MESES DE MI
INFANCIA “Úbeda en los años 60, desde la calle Fuente de las Risas”.
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