miércoles, 1 de diciembre de 2010

EL DÍA DE LA PROCLAMA 2007


Pues llegó el día de la protesta anual. Era bien anochecido del viernes 23 de noviembre, cuando los "Caballeros Veinticuatro" habían quedado citados en la antigua abacería del Heráldico para dirigir sus pasos hacia los dos objetivos fijados: El Andamio que se alza desde hace más de dos años frente al Parador Nacional, antiguo palacio del Deán Ortega y la iglesia de Santa María que, como ya anunciáramos el año anterior, todos los meses de noviembre y mientras permanezca cerrada la iglesia más querida por el pueblo de Úbeda, alzaremos nuestra voz y repetiremos nuestra protesta.

En esta ocasión, cuando todos los medios de comunicación habían acudido, no estábamos todos los caballeros, dado que faltaron el Cirujano y el Moctezuma. El primero excusó su no presencia por estar en cama debido a un constipado que cogió cuando su casa se inundó días anteriores a causa de unas fuertes lluvias; el segundo por achaques propios de la edad y por las bajas temperaturas que esa noche reinaban.

Manos a la obra, la primera pancarta fue colocada en el andamio mencionado en donde se podía leer: "25 AÑOS MÁS Y... PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD". Mientras era situado en un lugar alto, se personaron dos policías nacionales para informarse de lo que allí se tramaba, pero... sin más consecuencias.
Posteriormente trasladamos los bártulos ante la fachada de Santa María y colocamos la segunda cartela -las cuales nos viene confeccionando anualmente Miguel Soria desde Sevilla- pudiéndose leer en ésta: "¡ENHORABUENA!, PERO... BODAS DE PLATA ¡YA! (1983-2008)". También posamos sobre unas cornisas las seis velas que nos distinguen. Todo ello sin dañar en absoluto la fachada de la colegiata recién restaurada.

Acto seguido y ante los medios informativos: TVU, Radio Úbeda, Jaén e Ideal, el caballero Mercader dio lectura a la proclama correspondiente y que en páginas sucesivas tendremos reproducida. Dicha responsabilidad había recaído en el Cirujano, pero éste no pudo realizar por el motivo anteriormente expuesto.

Una vez hechas las fotos de rigor, se agradeció a los allí presentes su asistencia a pesar de la bajas temperaturas. El Atanaor llevó las escaleras a su cochera y volvió presto para tomar una copa a un bar cercano, estando sólo la mitad de los caballeros que asistieron a dicho acto junto a algunos incondicionales que lo vienen haciendo tradicionalmente desde el primer año.

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