Deteriorado cuadro de la Virgen de la Soledad
Como dijimos en la entrega anterior, lo más probable
es que en la hornacina de la capilla de la cuesta y puerta del Losal se
colocara una imagen de vestir con la advocación de Nuestra Señora de la
Soledad, advocación, por cierto, de las más antiguas de la Semana Santa.
Se desconoce por completo cuál sería el
final de aquella primitiva imagen e incluso la fecha de su desaparición. Recordemos
que desde que se levantó la capilla en 1670 habían sucedido en nuestro país
muchos acontecimientos como fueron la invasión francesa, las guerras carlistas
y las desamortizaciones… Nuestro colectivo apuesta en que su desaparición tuvo
que ser en tiempos de la invasión napoleónica. Cuando las aguas volvieron en a
la normalidad y los gabachos fueron expulsados a su país, para ocupar la
hornacina vacía se debió colocar un cuadro, nuevamente con la misma advocación
mariana. Y aquí sí que hay una prueba evidente de ello, dado que al estallar la
guerra civil en 1936, el cuadro feneció lo mismo que tantas imágenes y
simbología religiosa. Teresica, que era la vecina que cuidaba de esta capilla
desde mucho antes de la contienda, al referirse a los acontecimientos de la
guerra siempre exclamaba con pena: ¡Qué
lástima de mi cuadro! Con este testimonio se ratifica que, al menos la
segunda imagen que aquí hubo era un cuadro.
Lo que sí sabemos es que al acabar la guerra civil, la tal Teresica fue a pedir a don Marcos Hidalgo Sierra, párroco de Santa María, algo para poner en ese lugar que había quedado desolado y el sacerdote le entregó el actual cuadro pintado al óleo que conocemos en la actualidad con la imagen de la Virgen de la Soledad.
¿Y de dónde procedía este cuadro? El historiador Antonio Almagro García en su libro “Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda” pág.94, nos dice que en la Capilla de los Carvajal de la iglesia de Santa María, en el año 1930 se hicieron obras de remodelación y después de acabadas se le llamó Capilla del Rosario “por el traslado a ella de un cuadro de la Virgen que procedía del extinguido Convento de las Cadenas”. Esta definición junto a otras, han confundido a algún historiador para identificar su advocación. Pues bien, acabada la guerra civil dicho oratorio fue cedido a la Cofradía del Santo Sepulcro de Cristo para que ubicara allí sus nuevas imágenes, por lo que el cuadro fue sacado y entregado por el párroco en donación a Teresica para la capilla del arco de la puerta del Losal.
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