Ayer domingo 29 de diciembre se llevó a cabo una nueva edición de la San Silvestre ubetense, una carrera lúdico-festivo-solidaria. Las varias decenas de participantes de todas las edades disfrutaron un año más con el buen ambiente, el deporte en familia, los villancicos y hasta con el "burrito Sabanero" que se sumó a la fiesta. Al finalizar todos recibieron del club organizador (Renacimiento) un refrigerio y un dulce propio de las fechas y brindaron por el nuevo año. Desde aquí Feliz Año 2020.

El germen de esta asociación cultural independiente en defensa del patrimonio monumental ubetense, tiene su raíz en 1998. A través de varias tertulias llevadas a cabo en la extinta tienda de Juan Barranco ubicada en los soportales de la plaza 1º de Mayo, se fue configurando un grupo heterogéneo de ubetenses que tenían como punto en común el amor al patrimonio monumental heredado. Y los seis se autoproclamaron Caballeros 6x4 o “Caballeros Veinticuatro” como resultado de la operación aritmética.
lunes, 30 de diciembre de 2019
jueves, 5 de diciembre de 2019
UNA INCÓGNITA ACLARADA
Si nos fijamos en el
muro que hay en la calle María de Molina, nº 16, veremos que lo corona una
serie de piedras talladas con la figura que vemos en la fotografía que adjuntamos.
Dichas piedras con esa forma tan curiosa, eran muchas más, pero desaparecieron cuando
se construyó el edificio que se encuentra a su derecha por lo que ocupaban todo
ese espacio.
Pues
bien, Martínez Elvira en su trabajo sobre esta calle publicado en la Revista
Gavellar número 90, viene a decirnos: “Entre
los números 18 y 16 hay un muro que sólo cubre planta baja, pero que,
curiosamente, aparece coronado por una crestería “goticista” de cuyo origen y
significación no sabemos nada”.
No
hace mucho, nuestro caballero Heráldico se topó con un hallazgo interesantísimo
que viene a aclarar esta incógnita. Se trata de un plano del proyecto de obra
del año 1863 que se encuentra nuestro Archivo Histórico. Resulta que esas
piedras “goticistas” formaban parte del antepecho del tejado de nuestras
antiguas Casas Consistoriales, pero al cambiarse el Concejo al Palacio de
Vázquez de Molina, el reloj que lo coronaba fue trasladado al Hospital de
Santiago y a la vez quitaron todo el antepecho con su crestería y lo dejaron de
la manera que se encuentra en la actualidad.
En
su desmonte, las piedras en cuestión las pondrían a la venta las cuales serían
compradas por el vecino de al lado para ponerlas coronando el muro o bardal que
daba a la calle; o tal vez fueron desechadas sin darles mayor valor –algo muy
frecuente en otros tiempos- y este vecino las colocó coronando la tapia de esta
fachada. En los años 50, esta finca urbana la tenía en propiedad Francisco
Poveda Expósito, un vendedor al por mayor de frutas en el mercado de abastos y
en él almacenada grandes cantidades de ellas, principalmente racimos de
plátanos para que allí maduraran.
En
foto adjunta podemos contemplar el plano del proyecto realizado por el maestro
de obras Francisco de Cózar que viene a certificar lo aquí exponemos. También
hemos recreado una simulación de cómo estuvo ubicado y observando muy
detenidamente una fotografía de la década de los 70 del siglo XIX (hacia 1873),
comprobaremos que en la década de los años 70 aún estaba la coronación e
incluso se adivina la silueta del templete del reloj.
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