miércoles, 3 de octubre de 2012

UNA NUEVA PLAZA DE TOROS




Como bien deja ver don Ginés Torres Navarrete en su Historia de Úbeda en sus documentos, en nuestra ciudad -al menos desde el siglo XVI- hubo una buena afición al mundo de la tauromaquia, fiesta que hasta la aparición del fútbol fue la de más atracción del país. Prueba de ello es que desde el siglo dorado hasta el s. XX, en Úbeda hubo corridas de toros de a pie, a caballo, novilladas, becerradas y toros embolados.
Estos eventos en los que se volcaba gran parte de la población se organizaban por varios motivos; unos eran organizados por el Concejo en la festividad de Santiago para con sus frutos ayudar al gasto del hospital de este nombre, otras veces era para atender a necesidades perentorias como el arreglo de fuentes, caminos, puentes, etc. También había lidias organizadas por cofradías y obras pías. De ellas se conocen las organizadas por hermandades de la Virgen de la Soledad y la de la Virgen del Rosario.
La mayoría de estos festejos se celebraban en la Plaza del Mercado, pero también se lidiaron toros en la Plaza de San Francisco, Plaza de los Olleros, un corralón próximo al convento del Espíritu Santo y en la Plaza de Toledo, aunque en esta última no fueron muy frecuentes para no importunar a los vendedores de la misma ya que tenían que trasladarse a otro lugar.
Y ahora surge la pregunta: Si había una espléndida Plaza del Mercado que era ideal para estas fiestas ¿por qué se celebraban en otros lugares? Pues se ve que lo hacían para huir de la gran cantidad de personas que podían presenciar los espectáculos sin pagar. Hemos de saber que, los ciudadanos más pudientes no pagaban debido a que en esta plaza todas las casas eran propiedad de las mejores familias de la ciudad, las cuales nunca las habitaban pero sí las daban en arriendo con la condición de que los balcones se los reservaban los propietarios para ocuparlos en los días en que en ese lugar hubiese cualquier celebración: toros, procesiones, actos de ajusticiamiento, proclamaciones de reyes u otros festejos diversos. Por eso, a los organizadores de festejos píos les salía más a cuenta construir una plaza privada en donde todo aquél que deseara presenciar el espectáculo pagara, a celebrarla en la Plaza del Mercado, pues al haber allá tantos balcones, eran cientos de personas que no abonaban la entrada.
Respecto a esos lugares en donde se montaban plazas para torear novillos hemos de decir que nuestro caballero Heráldico en su cotidiano trabajo de investigación en el archivo histórico municipal, ha descubierto a otra vieja cofradía que para cubrir sus necesidades monetarias, también recurrió a obtener dinero con este tipo de festejos. La cofradía a la que nos referimos es la Antigua y Venerable Cofradía de la Virgen del Carmen. El año de construcción del referido coso es 1798, y el lugar en que se edificó fue un solar de la calle Valencia que ahora ocupa las casas número 15, 17 y 19, o sea, a la espalda de lo que hasta hace pocos años fue el Molino Gassó del cual aún queda parte del solar.
Y para certificar este dato a continuación transcribimos el documento al que nos referimos que leído literalmente dice así:
En la ciudad de Úbeda a trece días del mes de agosto de mil setecientos noventa y ocho años, ante mi el infrascrito escribano de su número y testigos que se dirán parecieron de una parte, don Diego Díaz, administrador de los bienes y rentas de don Juan de Chaves, desmemoriado, don Nicolás Agustín González, defensor judicial de sus bienes, don Jacinto Rus, Regidor de este Ilustrísimo Ayuntamiento, inmediato sucesor del molino de Ariza que posee el citado don Juan de Chaves en la calle Valencia, y de la otra don Pedro Pasquau de Esponera, don Juan de Alvarado Argelós, don Andrés  Ramírez y don Francisco Rincón, presbítero, y hermanos de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, sita en esta ciudad y que se sirve en el Convento de los Padres Carmelitas de ella y así mismo concurren a la misma Pedro de Rus y Ignacio Rodríguez, maestros de albañilería y Francisco Fernández, todos de este vecindario y dijeron que al citado don Juan de Chaves corresponde el expresado molino el cual tiene un corral grande en el que va a construirse una plaza para torear en ella novillos atento a haber obtenido para ello la hermandad de dicha milagrosa imagen la correspondiente licencia y los citados hermanos han firmado con los dichos maestros de albañilería y Francisco Fernández siendo ello responsables a todas las quiebras y deterioros que causen al sitio que se les señalará para su construcción, y habiéndose elegido dicho corral lo conceden los tres primeros bajo las condiciones siguientes:
1º-.Primeramente que el terreno donde se ha de construir dicha plaza ha de quedar del mismo modo que hoy está a excepción del aumento de las cercas con las tapias pues estas sólo han de sustituir las que elijan el administrador y maestro de albañilería que señale y las otras se han de quitar dejando disminuida la tierra a satisfacción de ambos.
2º-.Que a costa de dichos maestros y demás hermanos contenidos se ha de hacer todos los perjuicios que se ocasionen en todos los tejados, paredes y oficinas del molino.
3º-.Que por el beneficio que resulte al corral por las tapias que se ha de hacer y restare de nuevo y acomode su permanencia a voluntad y señalamiento el administrador y un maestro no se ha de poder pedir porción alguna a los interesados a dicho molino y corral y en que ceden este derecho por el beneficio de la facultad que se le concede para correr los novillos en él.
4º-.Que habiéndose como se ha practicado reconocimiento formal de dicho molino y corral por el maestro Marcos Díaz del estado de tapias, tejados paredes y demás a su recinto a fin de que esté bien construido, dicho maestro practicará otro reconocimiento, fenecida la función y reparación de los deterioros que se hallan advertido y ejecutado para que todo quede el propio estado que en el día tiene estando ante declaración verbal o jurada sin poderse contradecir lo que diga ejecutándolo sin demora luego que se quite la plaza y en el caso de que no se practique seguidamente se ejecutará por el dicho Marcos Díaz a costa de los contenidos en este instrumento apremiándoles a ello por todo rigor de derecho mancomunadamente e insolidum.
5º-.Que todo se ha de ejecutar con intervención del citado don Jacinto Rus para que como inmediato sucesor del molino en ningún tiempo por esta causa pida deterioros para la expresada causa de lidia de novillos bajo cuyas condiciones consiente se ejecute dicha plaza de toros para que se corran en ella sin contradicción alguna.
Tres días después de este contrato hallamos otro que dice lo siguiente:
En la ciudad de Úbeda a diez y seis días del mes de agosto de 1798, ante mi el infrascrito escribano de número y testigos que se dirán perecieron de la una parte don Pedro de Pasquau de Esponera y don Andrés Ramírez de este vecindario hermanos de Nuestra Señora del Carmen y de la otra Manuel Barrios, vecino de la ciudad de Córdoba, y al presente estante en esta ciudad a quienes conozco de que doy fe y dijeron que habiendo concedido el Excelentísimo Señor Gobernador por el Consejo de Castilla a los hermanos de la dicha milagrosa imagen para que se corran en este año dos corridas de novillos, se han convenido con el citado Manuel Barrios en que ha de traer incluso el susodicho cinco banderilleros aprobados de inteligencia y buena disposición para este intento y dos picadores para picar los novillos que se les diga para mañana y tarde bajo las condiciones siguientes:
Que Pedro Revilla, de Jerez de la Frontera, y otro compañero han de ser los que han de picar.
Que las garrochas, banderillas y demás necesario a excepción del papel y varas para dichas banderillas y cinco capas cortas para torear, es de cuenta de dicho Barrios.
Que por dichas dos corridas se le han de entregar para el pago de sus compañeros y picadores que todo queda por su cuenta nueve mil quinientos reales.
Que si alcanzase la misma hermandad licencia para que se corran otras dos novilladas, en este caso se le ha de alargar la paga hasta quince mil, haciendo también estas con picadores como en las dos primeras.
Que si no fuesen seguidas las corridas y por esta causa se detuviesen en esta ciudad hasta que se verifiquen. En este caso los días que disten de unas a otras se le han de entregar para ayuda de costa cincuenta reales diarios y la paja que necesiten las caballerías que cabalgan.
Quiere si se sacarse licencia para dos corridas con destino a la hermandad de Nuestra Señora de la Merced, continuará su cuadrilla y picadores con esta lidia de toros y por ello se le entregaran quinientos ducados.
Que no se le ha de dar para su manutención ni estada más que lo que queda dicho, pues todo queda para su cuenta: bajo cuyas condiciones y la de que vendrá con dicha su compañía y picadores para el día que se le dé avisó y esté señalado el día de la primera función; unos y otros otorgaran por la presente escritura que se obligan a ejecutarlo y cumplirlo así sin hacer cosa en contrario bajo la pena de bonificarse los daños, perjuicios e intereses.
Sirva esta noticia para enriquecer en algo la historia de nuestra ciudad, aunque en esta ocasión de trate del arte de Cúchares.
El Heráldico

1 comentario:

  1. Se que no es el lugar adecuado para escribirle este comentario, pero no sabía dónde podía contactar con usted.
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