En la fría noche de ayer viernes, “Los Caballeros Veinticuatro” llevaron a cabo su proclama anual. Y esto fue lo que se dijo:
En el presente año, los Caballeros que componen esta orden menor, hemos querido elogiar aquellas intervenciones llevadas a cabo en edificios y que se han ejecutado –a nuestro parecer- con buen criterio, respetando en todo momento la obra primitiva y como consecuencia realizando una restauración en toda regla que quedará como testimonio durante muchos años de LO BIEN HECHO. Precisamente con esta frase hemos querido distinguir a las restauraciones que nos referimos y que a continuación enumeramos:
Palacio de los Orozco, en la plaza de San Pedro.
La Torre del Palacio Conde de Guadiana, en el Real.
La antigua Casa de la Telefónica, en la Corredera.
La Fachada de la antigua Casa Consistorial, en el Paseo del Mercado.
El Torreón de Los Caballeros, en la Cava (a pesar de…).
Coso de San Nicasio (Plaza de Toros)
La Casa de los hermanos Barberán Molina, en la Rúa.
Por último, la retirada del andamio de la casa frente al Parador.
Como se puede apreciar, no hemos colocado ningún cartel de elogio en la iglesia de Santa María, porque, a pesar de los muchos años de obras, las muchas intervenciones realizadas y el montante económico que se ha destinado a ella, nos negamos a aceptar que la iglesia mayor ubetense haya sido restaurada respetando todos los vestigios históricos que llevaba consigo; lo que vemos aquí ha sido una REINVENCIÓN, no una restauración. Sólo nos consuela verla por fin abierta y que permanecerá en pie algunos siglos más, la nueva Santa María.
Para leer nuestra proclama anual, habíamos elegido este rincón al azar, pero ya que estamos aquí, ante la portada procedente de la casa de Lorenzo de Medina, vamos a reivindicar dos cosas. Primera.- Que se repongan las cuantas tejas deterioradas de su caballete, para que no causen ningún accidente y no dañe la lluvia más su portada. Segunda.- Que desaparezca el ciprés que con tanto tino y “exquisitez” colocaría algún entendido arquitecto o técnico, justo en mitad de la fachada, no vaya a repetirse –con el paso de los años- la misma historia que con el laurel del Hospital de Santiago o la hiedra de San Lorenzo.
Proclama leída en Úbeda en la fría noche del viernes 2 de diciembre de 2011, precisamente en este día falleció Hernán Cortés, se proclamó como emperador Napoleón y nació María Callas.
Una vez leído el texto por los presentes, se hace una rectificación in situ, dado que unos pocos días antes se había restaurado el caballete de la portada que reivindicábamos y no nos habíamos percatado hasta el final.
Fotos.- Miguel Tejada Moreno.
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