El germen de esta asociación cultural independiente en defensa del patrimonio monumental ubetense, tiene su raíz en 1998. A través de varias tertulias llevadas a cabo en la extinta tienda de Juan Barranco ubicada en los soportales de la plaza 1º de Mayo, se fue configurando un grupo heterogéneo de ubetenses que tenían como punto en común el amor al patrimonio monumental heredado. Y los seis se autoproclamaron Caballeros 6x4 o “Caballeros Veinticuatro” como resultado de la operación aritmética.
viernes, 17 de junio de 2011
MONTESIÓN Y LOS CABALLEROS VEINTICUATRO
Siguiendo la costumbre emprendida desde los inicios de esta asociación “caballeresca” como es la de hacer cada equis tiempo una excursión, el pasado domingo 29 de mayo de 2011, dirigimos nuestros pasos a un solitario y bello paraje de Sierra de Cazorla.
La iniciativa de este viaje vino del Caballero Mercader, pues le surgió que estando atendiendo a un cliente en su trabajo, éste resultó ser el último componente de una orden de ermitaños establecida a cuatro kilómetros de la ciudad de Cazorla llamado Monasterio de Montesión. Esto le pareció curioso y enriquecedor a nuestro caballero y por ello nos propuso una visita allá.
Montesión es un antiguo lugar de oración que se encuentra a pocos kilómetros de Cazorla al que se puede acceder por dos lugares, pero hasta llegar a él hay que caminar. Fue fundado en 1625 por el religioso Julián Ferrer. Este convento funcionó bien hasta que en 1811 las tropas de Napoleón lo saquearon y prendieron fuego al edificio, no obstante los religiosos permanecieron en aquel lugar hasta la desamortización efectuada en 1836 por el ministro Juan Álvarez y Mendizábal. Entonces, al igual que pasó en toda España, los frailes fueron expulsados y el edificio, huerta y demás fincas, se vendieron al mejor postor. A partir de aquella fecha ese lugar de santidad y oración fue convertido en un cortijo y así estuvo hasta mediados del siglo XX. En ese tiempo este lugar fue expropiado por el municipio y poblado de nuevo en los años 70 por frailes de la Orden de San Pablo y San Antonio Abad, los cuales han permanecido allí hasta comienzos del siglo XXI en que los religiosos fueron absorbidos por la Orden de San Francisco y reubicados a otros conventos.
Pero para que aquél lugar no quedara abandonado, hubo un hermano que se resistió a aquella integración. Éste es el hermano Antonio (Antonio Rodríguez Roldán), el cual a sus setenta y pico de años, aún permanece custodiando aquella casa de oración y cobijo de la Virgen de Montesión, imagen de buena talla del siglo XVIII que apareció en una cueva muy cercana y a la que visitan los cazorleños el día de su romería cada mes de septiembre.
Nosotros, a petición del Caballero Mercader, tuvimos el honor de ser acompañados a aquel idílico y privilegiado lugar por el ya referido guardián, el hermano Antonio, que nos fue abriendo y enseñando con mucho agrado las abandonadas y polvorientas dependencias que aún conservan todo su humilde mobiliario y algunos enseres en: el refectorio, celdas, cocina, capilla, huerto, etc., . Todo ello, si Dios no lo remedia, tiene sus días contados, pues nunca hubo luz eléctrica, la fuente se ha secado, la huerta está abandonada, los corrales sin ganado y las tierras yermas.
Después del recorrido por el monasterio, encendimos una lumbre y en su rescoldo asamos unos chorizos, embutido que no fue el que se había comprado en Úbeda para la ocasión, puesto que se le olvidó al Caballero Atanaor en su casa, por lo que tuvo que bajar al pueblo de La Iruela junto al Mercader para hacer acopio de otros. Esta pitanza junto con patatas, aceitunas, berberechos, tomate, pan y cervezas, fueron bendecidas por el hermano Antonio antes de ser consumidas y no sé si fue por ello, pero el caso es que después de engullirlas nos quedamos tan felices.
A continuación marchamos a un lugar denominado El Chorro donde se apreciaban encantadores paisajes surcados por una buena cantidad de águilas y otras aves rapaces. En aquel lugar este escribano contó al clérigo varias cuchufletas cándidas de tema religioso que fueron bien recibidas por nuestro anfitrión.
Seguidamente y ya de vuelta, hicimos un alto en el camino descansando en La Iruela donde cada uno tomó lo que le vino en gana. Por último llegamos a la ciudad del “Adelantado” donde dejamos al hermano Antonio y en agradecimiento a su atención le regalamos un corte de tejido para que se confeccionara un nuevo hábito. La visita a Cazorla fue para el Caballero “Cirujano” una alegría inmensa puesto que pudo contemplar el edificio en donde él instaló la consulta de dentista en los primeros años de su vida laboral, lugar éste del que tantos recuerdos conserva…y hasta el ermitaño lo recordaba.
Ya de regreso a Úbeda este escribano leyó un escrito en el que se daba a conocer el proceso en el que se vio inmerso el religioso dominico natural de Villanueva del Arzobispo, gran predicador y fundador de varios conventos fray Domingo de Baltanás y Messía. El delito era que con buenas palabras había conseguido convencer a cincuenta y siete monjas de su orden para que se dejaran besar, tocar los pechos y sus partes pudendas.
Después, hicimos un nuevo alto en el camino, precisamente en un chiringuito situado en la antigua Cañada Real del Paso de la Mesta, donde tomamos un refresco y ajustamos cuentas. Y sin nada más que relatar nos despedimos más anchos que largos a las 20 horas.
Caballero Heráldico
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Estas Navidades hemos pasado unos días en Cazorla, y realmente nunca pensamos que íbamos a encontrar lo que allí hallamos. Teníamos mucha curiosidad por conocer el Monasterio de Monstesión, y en especial a Fray Antonio. Debido a la dificultad del acceso y yendo con dos niños pequeños nos tuvimos que resignar a verlo ya que no podíamos llegar a él, entonces, no sé si casualmente o no, un vecino del pueblo con el que charlamos os ofreció llevarnos hasta allí en su todoterreno, aceptamos el ofrecimiento y allí nos llevó. Qué belleza, qué bonito, qué paraje, qué paz... Pero para nuestra sorpresa nos encontramos el Monasterio cerrado, Fray Antonio, de los pocos días que ha faltado en ese lugar ese era unos de ellos, así que lo vimos por fuera.Ya de regreso al pueblo, (por cierto, un camino lleno de hielo y totalmente empinado, con un sin fín de turbulencias e impedimentos) este vecino nos llevó a su casa y Fray Antonio nos abrió, estaba muy constipado y por eso no había ido al Monasterio (claro que es normal que no fuera considerando que va andando todos los días, tarda más de una hora en llegar, muchas veces sube cargado con una saca a la espalda, y con 71 años de edad), pero aún así él estaba encantado con nuestra visita, tomamos un café con él y no puedo explicar cuan maravillosa persona es. Fue tan grato el rato que pasamos... Le propusimos que comiera con nosotros al día siguiente, y el aceptó gustoso diciendo que para él era una "obligación"; en la comida nos contó gran parte de su vida, vivencias, creencias, como se las arreglaba día a día, y sobre todo nos mostró su preocupación por qué iba a suceder cuando él ya no estuviera, no consigue que nadie llegue allí para seguir con su labor, se las arregla como puede para ir consiguiendo dinero e ir haciendo arreglos en el lugar.Esta persona hace que podamos superar cualquier crisis de fe, y también que nos enseñe lo que es, él vive cumpliendo con su voto de pobreza y ayudando a todas las personas que puede. Nos dijo que nos pusiéramos en contacto con él tantas veces como quisiéramos y así lo hacemos. Cuando nos despedimos sus palabras
ResponderEliminarfueron: "Qué día más bonito". Desde entonces él está presente en nuestras vidas y todos los días nos acordamos de él, sabemos que él reza por nosotros.
SI alquien quiere ponerse en contacto conmigo me puede escribir a este correo: elenaover@yahoo.es.
Un lugar maravilloso que no se debe de perder .
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