lunes, 20 de noviembre de 2017

"HISTORIA DEL CARVANAL DE ÚBEDA", UNA PRESENTACIÓN DE CINCO ESTRELLAS

Aspecto del auditorio. Foto Lorenzo Rodríguez Alhambra

El pasado sábado tuvo lugar en el auditorio del Hospital de Santiago la presentación del libro HISTORIA DEL CARNAVAL EN ÚBEDA del autor Juan Antonio Soria Arias que corrió a cargo del historiador Juan Ramón Martínez Elvira. En la presentación estuvo la alcaldesa de Úbeda, Toni Olivares Martínez. Con una proyección de imágenes en silencio comenzó el acto y a continuación Ana Aurora (JASITA), la hija de JASA dio la bienvenida y dio paso a su hermano Miguel Ángel para que condujera el acto. Después de unas palabras, se proyectó un segundo montaje fotográfico con imágenes del rancio y añorado Carnaval de antaño. El mantenedor nuevamente ocupó el estrado para invitar a los tres que iban a ocupar la mesa presidencial: la alcaldesa, el presentador y el autor del libro. Tras una breve introducción sobre la persona del presentador de su paso por esta fiesta, tomó la palabra Juan Ramón al que hubo que llamar dos veces para que subiera al escenario pues se encontraba muy a gusto sentado en su butaca. Para el público de la sala, fue una intervención de "Chapó" y para el periodista Alberto Román, "Ni aún vendiendo todos los libros, JASA tendrá con qué pagar tan excelsa presentación". Y no exageraba porque a todos nos dejó boquiabiertos con esas cuartetas rimadas y cargadas de mucho y buen sentido el humor. "Qué buen Romancero se ha perdido nuestro Carnaval" -dijo JASA. A continuación tomó la palabra la alcaldesa tras ser presentada, aunque de ella no había currículo carnavalesco. Para ser la representante institucional, estuvo muy cercana al pueblo y al autor, aptitud que captó y valoró el público con mucho agrado. Fue proyectado el tercer montaje y fue presentado el autor que tomó la palabra recordando su última aparición sobre este escenario, para lo cual echó mano de la orza con cuerva de su pregón de feria y aprovechó para hacer un brindis al cielo por su madre y por la madre de Juan Ángel Gómez Cano "El Lechero" que había sido inhumada cuatro horas antes, ambas mujeres de lecheros. Dando las gracias a todos, con su particular forma de hacer humor, se despidió con cierta premura no fuera ser que allí mismo diera a luz Mª Carmen Hurtado la "Jeroncejala" que ya había salido de cuentas. 

Intervención de Juan Ramón Martínez Elvira

Presentación del libro al Pueblo

JASA echó mano de su conocida orza de cuerva para...

... lanzar un brindis al cielo por la memoria de su madre y 
la de Carmen, madre del "Lechero", conocido carnavalero.

Resto de fotos.- Alberto Román Vilches. 

miércoles, 8 de noviembre de 2017

LA PORTADA DEL LIBRO "HISTORIA DEL CARNAVAL EN ÚBEDA"


Esta es la portada del libro que nuestro Caballero Mercader ha escrito sobre la historia del Carnaval en Úbeda. Como se puede apreciar es la recreación de una murga de antaño pintada con el marcado sello del artista ubetense-gantés Juanan Soria Rodríguez y que será presentado dentro de pocos días en el auditorio del Hospital de Santiago. 

domingo, 5 de noviembre de 2017

HISTORIA DEL CARNAVAL EN ÚBEDA "HOGAR DEL PENSIONISTA"

Grupo de máscaras en el año 1979

HOGAR DEL PENSIONISTA

En el Hogar del Pensionista se anticipó la celebración del Carnaval
unos cinco años

El Hogar del Pensionista se crea en Úbeda en 1972 ubicándose en el edificio que anteriormente ocupaba el ambulatorio de la Seguridad Social y el Instituto Nacional de Previsión sito en la plaza Vázquez de Molina.
Las primeras referencias que hay de la celebración del Carnaval en este centro las hemos encontrado en una fotografía datada en febrero de 1979. Se trata de un grupo disfrazado con máscaras a la antigua usanza tal y como ellos las recordaban y habían vivido. Por lo tanto quisiera dejar escritos los nombres de aquellos mayores que tuvieron la valentía de ser los pioneros en esta nueva andadura del Carnaval. La representación de las mujeres estuvo compuesta por: María Duarte, Carmen y Juana Torralba, Mª Jesús Muñoz, Carmen Díaz, Antonia Cano, Alejandra Poveda, Gabriela Herrera, Dolores García, Mercedes, Juana Soria y María A. Gómez, a los que hay que sumar los de José Archilla, Antonio de la Blanca, Fernando y Bartolomé Ruiz. Sabemos por éste último que en el año 1980 las féminas tuvieron como premio una bandeja plateada y los hombres un monedero de piel. Y así, con su particular fiesta dentro del Hogar, continuaron tres años más hasta que en 1983, el grupo de disfrazados tuvo el atrevimiento de echarse a la calle y darse una vuelta por la plaza Vázquez de Molina. La manifestación carnavalesca estuvo compuesta por veinte mujeres y dos hombres. 
Los primeros años fueron sólo grupos de máscaras, pero muy pronto nacieron “Las Murgas del Hogar”, que solían estar conformadas por dos secciones que campaban de manera independiente; por un lado estaban los músicos de la rondalla del centro (guitarra, bandurria, laúd) y por otro el coro de voces femeninas. Ambos grupos se conjuntaron para configurar la primera agrupación carnavalesca del Hogar y todo bajo la batuta de un director que siempre sería un hombre. Este puesto lo ocuparon dos personajes que, precisamente, habían vivido en sus propias carnes los carnavales de anteguerra, como lo fueron Bartolomé Ruiz Barba y posteriormente Pedro Ruiz Tallante.
La primera murga del Hogar del Pensionista nació en 1984 llamada “Los Payasitos” y fue dirigida por Bartolo. Al año siguiente pusieron por nombre “La Charanga del Hogar” siendo su tipo de cubanitos y estuvo compuesta por nueve mujeres y tres hombres. Se presentaron al concurso del teatro Ideal y obtuvieron un premio de 10.000 pesetas. Volvieron a la carga en 1986 y recabaron 5.000 pts. de otro premio. Pero los mayores veían que no podían competir en el concurso con la misma fuerza y el ímpetu de los jóvenes, y “los del hogar” dejaron de asistir al teatro Ideal Cinema; sin embargo mantuvieron lo que ellos llamaban su “murga” unos años más, ya dirigida por Pedro Ruiz Tallante y actuando solamente en su centro día y en la Residencia de Mayores de la calle Montiel. Su última intervención fuera de su “hábitat” la hicieron en el año 2007 con el tipo de “Las Negritas de Oro” colaborando en el festival de Manos Unidas y con la ayuda de Mª Jesús López de la ACCU.
Las actividades que se hacían en el Hogar en torno al Carnaval se desarrollaban durante dos o tres días y consistían en hacer los pases de disfraces y posteriormente el concurso y entrega de premios. La actuación de la murga con su esperado, simpático y picarón repertorio, sería la estrella; y por descontado no podía faltar el baile de máscaras. Todo lo llevado a cabo no era ni más ni menos que un fiel reflejo de lo que se hacía cuarenta años atrás, en los carnavales de antaño.
La presencia de los mayores del hogar en las cabalgatas de Carnaval estuvo vigente hasta el final de la década de los años 90. Precisamente en el año 1997, en reconocimiento a su labor y dedicación a estas fiestas, el Cuarteto 1º distinguió con su premio “Ladrillo Verde 1996” a las Murgas del Hogar, haciéndosele entrega del mismo en su salón de actos durante su pase de disfraces.
En la actualidad aún se llevan a cabo actividades que mantienen vivo el espíritu del Carnaval en este centro, si bien es cierto, no con la entrega y la implicación de hace unos años.
Antes de finalizar este apartado, quisiera reconocer la labor realizada en este sentido al que fuera su primer gerente, Fernando Almansa y por descontado a la asistenta de Servicios Sociales, Encarnita Sánchez Rodríguez, alma de esta casa durante cuatro décadas. Aparte de los muchos que han participado con sus disfraces durante todo este tiempo, merece especial atención Juan Muñoz Valenzuela, por su entrega y revitalización del Carnaval durante el tiempo (1997-2004) que estuvo en activo en el centro, como vicepresidente.
JASA. 

* Extraído del libro HISTORIA DEL CARNAVAL EN ÚBEDA que será presentado el próximo 18 de noviembre en el Hospital de Santiago. 

viernes, 3 de noviembre de 2017

IGNACIO PULLANA SABATER "EL REGAERA"

Murga de "El Regaera"

EL REGAERA
Ignacio, el “Regaera”, dejó huella en los carnavales de antaño debido al gracejo que tenía pos sus raíces gaditanas. Sus ocurrentes letras escritas para las murgas, donde también estaban encuadrados sus dos hijos varones y las apariciones sin complejos en plena calle en los días de Carnaval, quedaron impresas en la memoria colectiva de los ubetenses que aún, después de haber trascurrido más ochenta años, muchos mayores las refieren y hasta evocan tarareando sus picantes letrillas. Él era el director y se ensayaba en su casa. Cuando salía a la calle con su agrupación, siempre llevaba -como distintivo de liderazgo- un sombrero de copa que se lo regaló el cochero de Juan Montilla.
Ignacio Pullana* Sabater nació en 1885 la isla de San Fernando (Cádiz) y entre su ciudad natal y el Puerto de Santa María transcurrió su infancia y juventud. Se desconocen cuáles fueron los motivos que hicieron arribar en 1914 a un gaditano hasta este puerto del interior.
Contrajo matrimonio con una ubetense que era 10 años menor que él llamada Petra Delgado Villar y de este matrimonio nacieron cuatro hijos: José Manuel (1918), Juan Miguel (1923), Antonia (1927) y Mercedes (1933). El mayor de éstos, José, llegó a casarse aquí con la viuda del hojalatero Braulio Arroyo que tenía su taller en la calle Rúa. A esta familia se le conoce residiendo en una casa de vecinos que existió en la calle Corazón de Jesús (antes calle de la Marquesa) y hoy convertida en la plaza Juan de Valencia.
Ignacio tenía por profesión la de panadero aunque fue inconstante en sus trabajos dado que probó fortuna con muchos oficios recurriendo siempre a la de confitero y también a la venta ambulante de diversos productos de época, como los madroños, las castañas, las algarrobas, el paloduz, sin olvidar sus dulces artesanales y sus populares buñuelos de viento a los que él bautizó con el nombre de “Pelotas de fraile” que ofrecía al personal a la salida de los cines o bajo los soportales de la “Plaza Vieja”.
A poco de finalizar la guerra civil, su hijo mayor se trasladó a Córdoba para buscar fortuna, residiendo en la calle de Enmedio nº 14, y años más tarde arrastró a toda la familia. En la Ciudad de los Califas se recuerda a Ignacio buscándose la vida y arrimando un duro a la casa de muchas maneras. Llegó a convertirse en guardacoches, pero la imagen que de él se mantiene en la memoria colectiva y gráfica de esta capital, es verlo por la zona monumental junto a una pianola u organillo acompañando a una señora que lo hacía tocar, mientras que Ignacio interpretaba alguna que otra coplilla. La estampa que ambos proporcionaban era tan pintoresca que -incluso- fue fijada en una tarjeta postal que ha circulado por todos lugares hasta hace poco tiempo.
El historiador cordobés Manuel Estévez me amplió de él la siguiente información: “Él tocaba el pianillo de la "Coja", era un hombre al que la misma mujer apodaba como "Regaera". No era de mucha presencia y siempre llevaba puesta una gorrilla. Su forma de tocar el pianillo era muy característica, pues mientras giraba la manivela, con la otra mano y con un palo, lo rastreaba por los radios de la rueda del carro haciendo un compás de acompañamiento. En fin, te completo esta información que ha sido contrastada por varias personas "que oyeron" cómo la propia coja, le decía: ¡Venga Regaera, arranca ya de una vez!".

Ignacio murió en Córdoba cuando ya se había convertido en octogenario y está enterrado en el cementerio de San Rafael junto a su esposa que falleció el 6 de marzo de 1967. 
JASA. 
Texto extraído del Libro "HISTORIA DEL CARNAVAL EN ÚBEDA"
Ignacio Pullana "El Regaera"