Arriates y bordillos sepultados
Hay
algunos aspectos en las últimas obras acometidas
que
no son de nuestro agrado
En nuestra última
entrega del pasado año, dábamos las felicitaciones a todos los ubetenses por
las fiestas navideñas y unas especiales para el equipo de gobierno por lo
acertadas que fueron algunas intervenciones acometidas en los últimos meses de
2016, congratulándonos de ello y así lo hacíamos público. Pero al final del
escrito también advertíamos de que en el siguiente, o sea éste, daríamos nuestra
opinión sobre otros aspectos que no nos han complacido. Así bien, hacemos honor
a esa máxima de dar una de cal y otra de arena, título que ya empleamos en otra
ocasión.
Felicitábamos
a nuestros gobernantes por la colocación de placas de cerámica en algunas
calles. Pero sólo han sido unas cuantas y tenemos que recordarles que aún
quedan muchísimas en un estado lamentable por zonas muy próximas al casco
antiguo. Del mismo modo pedimos que, cuando se realice una nueva tirada de
éstas, se procure que haya unanimidad y se trabajen con un mismo criterio, dado
que ya tenemos cuatro o cinco modelos
distintos de placas de azulejos de cerámica.
Ahora nos trasladamos al entorno del Hospital de Santiago,
una de las zonas más transitadas en las pasadas fiestas navideñas que ha lucido
su nueva imagen tras las obras acometidas en la vía delantera y lateral de este
edificio. Hemos de reconocer y así lo han ratificado la mayoría de los
ubetenses, que el monumento ha ganado y ha quedado realzada su grandeza. Hasta
ahí todo bien, pero ha habido algunos aspectos que no han sido de nuestro
agrado y explicamos. Es incomprensible que hayan quedado sepultados la mayoría
de los arriates o bordillos de piedra viva del acerado antiguo para poner en su
lugar unos nuevos que a la larga son de peor calidad; se hubieran podido
reutilizar o al menos recuperar para colocar en otros lugares. En cuanto a la
zona semi peatonal de la delantera, se han intercalado dos tipos de enlosado y
esto es algo que se tenía que haber pensado bien, porque ya tenemos la
experiencia de la plaza de Andalucía y la losa de piedra franca se rompe con el
tráfico rodado, de hecho ya hay algunas partidas. Y una vez que estamos en el
suelo de la calzada, quisiéramos saber cuántos años de garantía tienen en este
tipo de obras para poder reclamar los desperfectos que aparecen en pocos años,
porque la calle Real está hecha una verdadera pena y en zonas de la calle Ancha
y Sagasta ya se están descarnando muchos adoquines y pronto aparecerán los
hoyos. El movimiento y descarne de adoquines por su mala adhesión, también se
está produciendo en tramos puntuales del flamante empiedro. En estos últimos
días hemos podido ver con grata satisfacción que a la lonja del Hospital se le
está haciendo una remodelación y se están colocando las losas de piedra viva
del acerado anterior como se anunció en su día. Ya para finalizar, alzamos
nuestra mirada hacia la fachada de tan señera edificación y contemplamos una
notable cantidad de grandes carteles que jalonan los ventanales de la primera
planta durante todo el año. Rogaríamos que se tuviera en cuenta el aspecto tan
pueblerino que dicha estampa ofrece y emplazar esta publicidad a otro espacio
que cause menos agresividad visual. De paso y ya que se va a remodelar la
lonja, se podrían trasladar las banderas
a la parte de abajo; bien estarían ubicadas en un lateral delante de la rampa.
Como
se ha podido comprobar, no hemos hecho ninguna mención al laurel (cuestión que
ya dejamos zanjada en su momento) porque con tanta poda se lo están cargando
poco a poco y es una pena que no se hubiese trasplantado hace años.
Lamentable estado en zonas de las calles Ancha y Sacramento
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