Hay quienes tienen muy poca conciencia y exclaman:
¡Para eso están los barrenderos!
Pero
no es una señal indicativa propia de la normativa de las CIUDADES PATRIMONIO DE
LA HUMANIDAD, sino la consecuencia de la poca educación de quienes, cansados de
mascar, tiran el consabido chicle al suelo sin tener el pequeño gesto de buscar
una papelera. Es la prueba palpable de la falta de urbanidad de quienes, con
una naturalidad rayana en la inconsciencia, contribuyen a presentar una imagen
de la ciudad que en nada nos beneficia. Son estas manchas tan pertinaces, que
cada vez que se les somete a una operación de limpieza -por cierto, costosa
operación- aparecen nuevamente como un Guadiana resucitado. Es evidente que lo
que vuelve a aparecer es la falta de
urbanidad, de civismo y respeto de los que en poco estiman la limpieza e
higiene de la ciudad. Hay quienes tienen muy poca conciencia y exclaman: ¡Para eso están los barrenderos!
No
somos los primeros en hablar de la limpieza de Úbeda ni es la primera vez que
se trata el tema, pero pensamos que no viene mal que, de vez en cuando, nos
demos un toque de atención y nos apliquemos en la tarea de mantener una ciudad
digna y limpia que eso también entra dentro del título PATRIMONIO DE LA
HUMANIDAD.
Pidamos a nuestros munícipes y
autoridades que cumplan con el deber de mantenimiento y vigilancia de la ciudad
que les corresponde, pero tampoco abdiquemos de nuestras obligaciones de buenos
ciudadanos por la defensa de una Úbeda limpia, para el disfrute nuestro y el
del visitante.
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