sábado, 27 de febrero de 2016

VÍCTOR PARA SAN LORENZO Y S.O.S PARA SAN BARTOLÓMÉ

Antonio, Manuel y Nicolás, 
fundadores de la Huerta de San Antonio

Los Caballeros Veinticuatro hemos visitado varias veces la iglesia de San Lorenzo y su “apertura por obras” y cada vez nos marchamos de allí más satisfechos.
En primer lugar porque vemos cómo poco a poco se va materializando el ambicioso proyecto que consistía prioritariamente en las obras de consolidación del edificio y posteriormente en su restauración, rescatar la historia que se esconde en sus entrañas con intervenciones arqueológicas y por supuesto el último trabajo que ha constituido en abrir la cegada puerta trasera que da a un pequeño cementerio, abriendo el muro perimetral y colocando una reja de forja ubetense. En segundo lugar por comprobar cómo sólo tres personas, los hermanos Antonio, Manuel y Nicolás Berlanga Martínez -apoyados por el obispado- están realizando una magnífica puesta en valor de este monumento nacional que deja a todo aquel que lo visita orgulloso de tenerlos por ubetenses comprometidos con su tierra, pues hasta ahora son los únicos en la historia de nuestra población que están haciendo este bellísimo y denodado gesto con nuestro maltratado patrimonio.

La verdad es que a nosotros nos agradaría infinito que hubiera más mecenas de éstos o por lo menos alguno o algunos que siguieran ese mismo ejemplo e intervinieran en algunos edificios históricos más. Por ejemplo reconstruir la techumbre de la preciosa y singular ermita de San Bartolomé, pues tiene todos sus muros en perfecto estado y sólo le falta la cubierta. Sería una triste pena que desapareciera este edificio que fue reconstruido en los años 20 del s. XVIII, que fue parroquia durante un siglo y que sus raíces se remontan a la Reconquista y posiblemente mucho más atrás.    

Portada descubierta de San Lorenzo

Ermita de San Bartolomé

jueves, 11 de febrero de 2016

LAS ROTONDAS Y PÓRTICOS DEL PATRIMONIO

Entrada a Úbeda por la barriada Puerta del Sol

Para cualquier visitante que recale en nuestra ciudad, lo primero que percibirá en su retina serán las puertas de entrada a este “patrimonial lugar” a modo de tarjeta de presentación, como lo son las rotondas, y en las entradas a Úbeda hay siete.
Si los turistas nos llegan por el poniente, desde Baeza o Jaén, encontrarán un par de glorietas dejadas de la mano de Dios. Si lo hacen por los caminos que llegan de Linares o Bailén, su primera rotonda está en obras “todavía”. Si nos visitan desde el norte, por las vías procedentes de Madrid o La Carolina, la primera rotonda que encontrarán parece que está demarcada en mitad del campo, nunca mejor dicho. Y si su entrada es por el este, acceso desde la villa de Sabiote, se encontrarán una primera rotonda totalmente desangelada. En los accesos desde el antiguo Levante hispano y del Sur, entrada desde Granada, no encontrarán rotondas porque no las hay, pero sí le daremos la bienvenida con unas cunetas adornadas y atestadas de abundante maleza erguida y mustia y con basura de todo tipo, principalmente inorgánica.
Bien es cierto que en los días navideños, las rotondas mejor acondicionadas de las descritas (que son dos), han estado muy bien engalanadas, pero las rotondas olvidadas (que son cinco), continuaban de la misma guisa.
A los que tenemos la sana costumbre de hacer turismo por nuestra piel de toro, se nos ponen los dientes largos cuando comprobamos las bellas rotondas y glorietas que hay a la entrada de muchos municipios, sean grandes o más pequeños.

Desconocemos a qué ente, ya sea Diputación Provincial, Junta de Andalucía, Ministerio o el mismísimo Ayuntamiento, corresponda su adecentamiento, pero lo que no cabe duda es que nuestros regidores serán los primeros que tienen que ponerse manos a la obra o en su defecto alzar la voz en los despachos correspondientes para que nuestra primera imagen, en definitiva nuestra cara al exterior, sea el espejo que refleje el interior del alma patrimonial. 
Para cualquier visitante que recale en nuestra ciudad, lo primero que percibirá en su retina serán las puertas de entrada a este “patrimonial lugar” a modo de tarjeta de presentación, como lo son las rotondas, y en las entradas a Úbeda hay siete.
Si los turistas nos llegan por el poniente, desde Baeza o Jaén, encontrarán un par de glorietas dejadas de la mano de Dios. Si lo hacen por los caminos que llegan de Linares o Bailén, su primera rotonda está en obras “todavía”. Si nos visitan desde el norte, por las vías procedentes de Madrid o La Carolina, la primera rotonda que encontrarán parece que está demarcada en mitad del campo, nunca mejor dicho. Y si su entrada es por el este, acceso desde la villa de Sabiote, se encontrarán una primera rotonda totalmente desangelada. En los accesos desde el antiguo Levante hispano y del Sur, entrada desde Granada, no encontrarán rotondas porque no las hay, pero sí le daremos la bienvenida con unas cunetas adornadas y atestadas de abundante maleza erguida y mustia y con basura de todo tipo, principalmente inorgánica.
Bien es cierto que en los días navideños, las rotondas mejor acondicionadas de las descritas (que son dos), han estado muy bien engalanadas, pero las rotondas olvidadas (que son cinco), continuaban de la misma guisa.
A los que tenemos la sana costumbre de hacer turismo por nuestra piel de toro, se nos ponen los dientes largos cuando comprobamos las bellas rotondas y glorietas que hay a la entrada de muchos municipios, sean grandes o más pequeños.
Desconocemos a qué ente, ya sea Diputación Provincial, Junta de Andalucía, Ministerio o el mismísimo Ayuntamiento, corresponda su adecentamiento, pero lo que no cabe duda es que nuestros regidores serán los primeros que tienen que ponerse manos a la obra o en su defecto alzar la voz en los despachos correspondientes para que nuestra primera imagen, en definitiva nuestra cara al exterior, sea el espejo que refleje el interior del alma patrimonial.

 
Basura por la Ronda Antonio Muñoz Molina

Glorieta casi abandonada por la entrada desde La Carolina

 
Inmediaciones de la Ronda Muñoz Molina