Del mismo modo que
aplaudimos una buena labor,
denunciamos una dejadez
Hace
unas semanas hemos visto cómo en la calle Trinidad, en la valla que hay frente
a Correos, han desaparecido todos los carteles que se agolpaban y se solapaban
unos con otros. La dueña de la finca tuvo una propuesta del Ayuntamiento por
medio de su concejalía de Medio Ambiente para remozar y enlucir dicha tapia y
en su lugar ubicar un coqueto tablón de anuncios (antiadherente) de forja para que la publicidad tenga un lugar digno y
que no se desborde.
Desde nuestro colectivo
aplaudimos esa iniciativa que ha adecentado ese enclave tan céntrico por el que
transitan muchos ciudadanos y visitantes. Sabemos que se han instalado algunos
más por otros lugares de la geografía local. También hemos comprobado que los
paneles para la publicidad con la silueta de una aceituna, han crecido en
unidades y aparecen por otros puntos estratégicos. Estas dos iniciativas -que
son de nuestro agrado- vienen a solucionar un cierto problema y de paso sirven
para reagrupar los pasquines en lugares concretos.
Sin embargo y del mismo modo que
manifestamos nuestro contento con estas actuaciones, también instamos al área
correspondiente de nuestro consistorio para que termine algo que comenzó en sus
día y que aún no ha solucionado del todo. Se trata de los letreros de las
calles. En varias ocasiones hemos denunciado, aparte del criterio más o menos
acertado o desacertado que cada equipo de gobierno ha empleado para su
elaboración y la variopinta amalgama de variedades que hay, el mal estado de
conservación en que se encuentran -todavía- muchos de ellos. Sabemos y así lo
estamos comprobando, que se están haciendo nuevos rótulos en chapa de color
azul aunque en ocasiones su texto es demasiado exagerado en medidas ya que da
la apariencia de mal gusto. También nos complace ver que los de la zona
histórica de la ciudad se han encargado en azulejos de cerámica para que todos
guarden una misma armonía, y aún así tampoco se mantiene el mismo diseño.
Pero aún queda mucho por hacer y
muchos por sustituir. Sobre todo los de color granate que en su mayoría se
encuentran totalmente deteriorados. Les aconsejaríamos a los encargados de
acometer tal trabajo, que cuando pongan los nuevos en la vía, calle o plaza,
que quiten los viejos que se encuentran unos metros más allá. Sirva como ejemplo
los tres que se encuentran en el último tramo de la calle Trinidad, cada cual
de su padre y de su madre, estando uno de ellos en estado vergonzoso.
Existen otros letreros que llevan
muchísimos años en mal estado y ellos los hemos podido localizar por el barrio
de Las Canteras. Pensamos que los jóvenes vecinos que en su día los apedrearon
ya habrán expiado su culpa cada día que pasan ante ellos y comprueban cómo los
dejaron cuando eran unos adolescentes sin mucha educación de urbanidad.
Ya por último, sería muy
interesante que los que lleven a cabo la tarea de reposición de dichos letreros,
se pateen bien las calles y tomen buena nota de las que no tienen casi ninguno
(ni al principio ni al final) y así llevan muchos años.
Estas cosas plausibles por un lado
y denunciables por otro, siempre lo hemos dicho, no conllevan un gran gasto
para las arcas públicas pero sí denotan que existe sensibilidad en los que
llevan las riendas del gobierno por tener y mantener una ciudad como nos la
merecemos.
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