sábado, 28 de junio de 2014

PLAUSIBLE Y DENUNCIABLE


Del mismo modo que aplaudimos una buena labor, 
denunciamos una dejadez

Hace unas semanas hemos visto cómo en la calle Trinidad, en la valla que hay frente a Correos, han desaparecido todos los carteles que se agolpaban y se solapaban unos con otros. La dueña de la finca tuvo una propuesta del Ayuntamiento por medio de su concejalía de Medio Ambiente para remozar y enlucir dicha tapia y en su lugar ubicar un coqueto tablón de anuncios (antiadherente) de forja  para que la publicidad tenga un lugar digno y que no se desborde. 
Desde nuestro colectivo aplaudimos esa iniciativa que ha adecentado ese enclave tan céntrico por el que transitan muchos ciudadanos y visitantes. Sabemos que se han instalado algunos más por otros lugares de la geografía local. También hemos comprobado que los paneles para la publicidad con la silueta de una aceituna, han crecido en unidades y aparecen por otros puntos estratégicos. Estas dos iniciativas -que son de nuestro agrado- vienen a solucionar un cierto problema y de paso sirven para reagrupar los pasquines en lugares concretos.
Sin embargo y del mismo modo que manifestamos nuestro contento con estas actuaciones, también instamos al área correspondiente de nuestro consistorio para que termine algo que comenzó en sus día y que aún no ha solucionado del todo. Se trata de los letreros de las calles. En varias ocasiones hemos denunciado, aparte del criterio más o menos acertado o desacertado que cada equipo de gobierno ha empleado para su elaboración y la variopinta amalgama de variedades que hay, el mal estado de conservación en que se encuentran -todavía- muchos de ellos. Sabemos y así lo estamos comprobando, que se están haciendo nuevos rótulos en chapa de color azul aunque en ocasiones su texto es demasiado exagerado en medidas ya que da la apariencia de mal gusto. También nos complace ver que los de la zona histórica de la ciudad se han encargado en azulejos de cerámica para que todos guarden una misma armonía, y aún así tampoco se mantiene el mismo diseño.
Pero aún queda mucho por hacer y muchos por sustituir. Sobre todo los de color granate que en su mayoría se encuentran totalmente deteriorados. Les aconsejaríamos a los encargados de acometer tal trabajo, que cuando pongan los nuevos en la vía, calle o plaza, que quiten los viejos que se encuentran unos metros más allá. Sirva como ejemplo los tres que se encuentran en el último tramo de la calle Trinidad, cada cual de su padre y de su madre, estando uno de ellos en estado vergonzoso.
Existen otros letreros que llevan muchísimos años en mal estado y ellos los hemos podido localizar por el barrio de Las Canteras. Pensamos que los jóvenes vecinos que en su día los apedrearon ya habrán expiado su culpa cada día que pasan ante ellos y comprueban cómo los dejaron cuando eran unos adolescentes sin mucha educación de urbanidad.  
Ya por último, sería muy interesante que los que lleven a cabo la tarea de reposición de dichos letreros, se pateen bien las calles y tomen buena nota de las que no tienen casi ninguno (ni al principio ni al final) y así llevan muchos años.
Estas cosas plausibles por un lado y denunciables por otro, siempre lo hemos dicho, no conllevan un gran gasto para las arcas públicas pero sí denotan que existe sensibilidad en los que llevan las riendas del gobierno por tener y mantener una ciudad como nos la merecemos.










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