lunes, 23 de julio de 2012

¿QUIÉN SALVARÁ AL PUENTE DE ARIZA…?


 


En la prensa de julio de 1997 se podía leer el posible salvamento del puente renacentista de Ariza -conocido también por Los Espárragos o La Puente Nueva del Guadalimar- construido entre los años 1564 y 1581, como camino alternativo al de Despeñaperros y que estaba a 17 kilómetros del norte de Úbeda (Jaén) y en el kilómetro 35 de la (hoy antigua) carretera comarcal 3217… Habiendo sido proyectado por el arquitecto Andrés de Vandelvira (Alcaraz, 1509-Jaén, 1575), mientras había empezado a llenarse el embalse de Giribaile y  el Ministerio de Medio Ambiente había  aprobado el proyecto de traslado, piedra a piedra, hasta un emplazamiento rural a 10 kilómetros al norte de Úbeda, de uso peatonal, entre olivos y en las cercanías de la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, con un presupuesto de 800 millones de pesetas... El puente de Ariza tenía abierto -desde el 4 de mayo de 1993- un expediente para ser declarado bien de interés cultural y su inclusión en el catálogo del patrimonio histórico andaluz... Y ya, por entonces, hasta Chueca Goitia decía: «No conozco el puente, pero Vandelvira tiene una importancia capital, por lo que se debe reconstruir en otro lugar».
Por eso -y como todo ello ha caído en agua de borrajas- ayer, día 16 de julio de 2012, coincidiendo con la victoria -hace ochocientos años- de los cristianos sobre los moros en la Batalla de las Navas de Tolosa, durante la llamada Reconquista, y aún sabiendo que por allí  no pasaron las tropas en conflicto; aunque sí se produjo el milagro de los espárragos que protagonizó San Juan de la Cruz; y teniendo presente que era el día de la Virgen del Carmen, un pequeño grupo de ciudadanos ubetenses de nacimiento -o de corazón- tuvieron a bien desplazarse, en la tarde y con coches particulares, al mismísimo Puente de Ariza, una vez que la sequía nos ha regalado su renacimiento bajo las aguas, para pasar unas horas de reivindicativa amistad y acendrada nostalgia…
Siendo original idea de Ramón Beltrán, y mediante la mano ejecutora de Juan Barranco, allí nos concentramos un ramillete de amantes de la cultura y el patrimonio ubetense que deseábamos hollar nuestros pasos por esas veredas, caminos y carreteras -donde antaño lo hicimos- reivindicando que esta obra civil, tan importante, de Andrés de Vandelvira sea sacada de las aguas y rescatada para nuestra ciudad. El lugar de ubicación podría ser -entre otros…- el parque Norte, pues sus dimensiones y volumen vendrían como anillo al dedo y harían aún más famosa nuestra ciudad como Patrimonio de la Humanidad en la parte norte de la urbe…
Ya hace bastantes años, cuando se hizo el embalse del Giribaile, se levantaron voces de que no se podía perder esta joya arquitectónica pero nadie se hizo eco político ni reivindicativo del proyecto, seguramente por la dejadez que nos caracteriza a los ubetenses en general y/o por el coste económico que supondría;  y eso que entonces andábamos buscando las vacas gordas de nuestra economía de burbuja…
Ahora que la dichosa crisis -y la mala gestión de ciertos políticos, banqueros y ciudadanos- nos han hecho llegar a este punto, se necesita tener precisamente un proyecto común que nos guíe con ilusión en rescatar nuestro patrimonio que por desidia de unos y de otros -y de todos en la medida que nos atañe- está bajo las aguas y que por casualidad, gracias a la dichosa sequía, nos ha puesto en bandeja de piedra dorada para que recordemos que nuestros antepasados hicieron proyectos grandiosos que a nuestra generación toca transmitir a las nuevas generaciones…
Los asistentes al evento dieron un pausado paseo por sus alrededores, así como por el propio puente, llevándose de primera mano la fatal impresión de ver el desgarro producido en sus barandillas -que casi todas han sido arrancadas de cuajo- para hacer más doloroso el camino de destrucción de esta piedra de nuestra carnadura patrimonial… Al haber bajado el nivel de las aguas el puente lucía su esplendor desde lejos -algo menos de cerca- demandando a este grupo de románticos y utópicos visitantes, descubrir, por un tiempo la arcadia feliz de antaño en que ese puente era instrumento vehicular de primera mano de todos los pasajeros que lo atravesaron -andando, en burro o en coche- y entonces podían apreciar su rica vegetación en estas tierras calmas del vulgarmente conocido “Río colorao”…
Las charlas entrecruzadas; los recuerdos envueltos en románticos pensamientos; el lindo y luminoso atardecer que se nos brindaba a todos; la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor… confabularon a todos los visitantes para que se conformara un hito de pacífica protesta, ahora que los recortes y medidas económicas radicales hacen tanta mella en el ciudadano medio, para pedir a quien corresponda: «Que no se pierda esta joya renacentista pues si no se salvaba a tiempo -que todavía lo estamos- pronto el agua volverá a penetrar como cáncer destructor en los huecos o grietas que, poco a poco, se van produciendo en el puente, para ir destruyéndolo lentamente, cayendo primero los arcos y luego los contrafuertes y columnas; y para que nuestros futuros descendientes dentro de cientos de años no nos acusen -con motivo- que dejamos abandonada bajo las aguas esta joya de la ingeniería civil, tan esplendorosa y sublime... »
El puente tiene una longitud de 99,5 metros y una luz libre de 31 metros y está formado por cinco bóvedas de cañón muy desiguales, de fábrica de sillería y perfil en lomo de asno teniendo como único elemento decorativo el primitivo escudo de Úbeda.
La intendencia de la excursión veraniega estuvo a cargo de JASA, que con su profesional cámara -al igual que otros viajeros-  supieron inmortalizar el momento, el lugar y los personajes de esta peregrinación laica; y que una vez acabada, dieron buena cuenta -en la antigua carretera que muere en el agua- con bebida y tapas que se multiplicaron, como en el milagro del pan y los peces del evangelio…
A su término Juan Barranco y Juan Antonio lanzaron dos buenas ideas, que tuvieron hondo y certero eco en todos los presentes: la publicación -en papel- del libro de Adela Tarifa “El Humanista ubetense Juan Pasquau Guerrero y su época”, Premio Cronista Alfredo Cazabán 2010, por parte de Gráficas Minerva (necesitando 100 ejemplares para que sea haga efectiva y rentable, aunque ya está en muchos ordenadores en forma de libro electrónico); y la citación otoñal, con motivo de los cien años del encuentro entre Antonio Machado y Baeza (1912-2012) en el Encinarejo; pero para ir a pie, y no en coche como en esta excursión, aunque también han cortado la encina negra… -¡Nos están quitando muchos de los símbolos, hitos o mojones en los que se basaba nuestra más bonita y recordada historia!- Allí pasaremos una buena jornada caminando y charlando amablemente con los amigos de los recuerdos y, principalmente, de nuestro amado poeta…; además de leer en el punto de encuentro poemas del autor sevillano que estuvo tantos años de profesor de francés en Baeza. De esta manera rememoraremos los muchos paseos que realizó por el camino viejo de Baeza a Úbeda, que será el que nosotros recorramos cuando, pasada la feria de Úbeda, volvamos a reivindicar nuestra historia  en letras pequeñas, que a lo mejor ni en los libros está anotada…
Y con ese hálito poético y melancólico, aunque alegres por las casi dos horas invertidas en esta excursión improvisada, fue llegando la noche pasito a pasito, delicadamente, por lo que cada cual se montó en el coche que le había traído y fuimos todos en busca del sosiego y la tranquilidad que da la noche estival ubetense, donde el fresco y la buena compañía hicieron el resto para que nos sintiésemos plenamente satisfechos.
Algunos nos quedamos con la duda de saber quién salvará el Puente de Ariza. ¿Serán los políticos que nos gobiernan…? ¿Quizá la ciudadanía de a pie o algún rico personaje que quiera gastar su dinero en salvarlo siendo su mecenas y filántropo que se haga eco de nuestras propuestas…? O a lo peor…, es  simple o paradójicamente la sequía la que nos brinde esta recuperación momentánea, que aun a fuer de ser efímera, nos haga soñar románticamente con algún utópico y deseado proyecto de recuperación definitiva…
En ello estamos…
 
Úbeda 17 de julio de 2012

Fernando Sánchez Resa

martes, 17 de julio de 2012

800 AÑOS DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA Y EL PUENTE DE ARIZA


Aprovechando la efeméride del 800 aniversario de la batalla de las Navas de Tolosa o batalla de Úbeda, según otros cronistas, acaecida un lunes 16 de julio, un grupo de ubetenses entre los que se encontraban los Caballeros Veinticuatro, quisieron hacer una visita al puente de Ariza que ahora se muestra majestuoso tras haber reaparecido bajo las rojas aguas del Guadalimar que lo habían sepultado durante un par de años. Y estos ubetenses con dicho gesto quisieron reivindicar la recuperación y el traslado de dicha obra maestra con trazas de Vandelvira, precisamente en este día en que se supone que las tropas vencidas de Miramamolín huían despavoridos tras la batalla para refugiarse dentro de los muros de Baeza y Úbeda.
Y los que hicimos esta excursión comprobamos con satisfacción cómo la figura erguida y majestuosa de nuestro querido puente sobresalía por encima de las aguas casi con la misma vitalidad que en otro tiempo no muy lejano. Pero también comprobamos con tristeza cómo la mano de los expoliadores sin escrúpulos habían llegado hasta él en fechas recientes para despojarlo de sus barandillas de forja y para llevar a cabo este acto vandálico no han tenido el menor reparo en romper buena parte de las piedras de mampostería que lo sustentaban haciendo más daño en unas horas que las aguas que lo han sepultado durante 700 días.
Esta cruzada, la de recuperar el puente para Úbeda, está perdida de antemano, todo lo contrario que la batalla ganada hace 8 siglos.
Lo que sí os recomendamos es que como a un santuario cualquiera, hagáis de vez en cuando una visita a nuestro puente, y disfrutéis con la belleza del entorno.










miércoles, 4 de julio de 2012

LLAMADA DE ATENCIÓN EN CONTRA DE UNA PLAGA

En una de nuestras denuncias del año pasado, decíamos que la ruina, tanto del santo como del escudo heráldico de la Ciudad y del mismísimo pilar o machón de las antiguas Casas Consistoriales, se debió a la mala ubicación del canalón del tejado que hay en el extremo izquierdo de la fachada principal. Y viene a cuento este recordatorio porque queremos hacer otra imperiosa y seria llamada de atención a nuestras autoridades locales. La piedra de nuestros edificios históricos es caliza, muy porosa y cuando le cae mucha agua ésta la absorbe. Es entonces cuando la cal que lleva dentro como aglomerante y componente, sale afuera mostrando un color blanquecino y ocasionando progresivamente el desmoronamiento de la misma. Y ello –cuando llueve- lo podemos comprobar en muchos edificios como la Fuente de San Pablo, el Tabladillo de la misma iglesia, la fachada y cornisa de Santa María, la casa de Lorenzo de Medina en dicha plaza, las puertas góticas de San Isidoro y San Nicolás, el palacio plateresco de la calle Montiel, los ángulos de la iglesia de la Trinidad, por citar algunos ejemplos más notorios.
Pues bien, si al mal que manifiestan dichos edificios por la mala impermeabilización y el material empleado, se le añade el poder corrosivo del ácido del palomino procedente de las palomas zuritas que invaden los tejados de todos estos monumentos, el daño es muchísimo mayor y a las pruebas nos remitimos, siendo una de las más afectadas la monumental y municipal fuente de San Pablo. El agua mezclada con el mencionado excremento que defeca esta plaga incontrolada de aves, es el mayor y peor virus con el que se enfrenta en la actualidad la piedra de nuestros edificios históricos, aparte de otros muchos de particulares.
Por tal motivo y ante dichos problemas decimos y pedimos que, cuando se acometa una reparación o restauración, no hay que dejar ni una grieta o juntura sin tapar, ni tampoco dejar dormir ni una gota de agua sobre las piedras de nuestros edificios monumentales. Y esto lo manifestamos porque sale más barato impermeabilizar que tener que labrar portadas enteras. Tampoco queremos entrar en polémicas con ecologistas ni defensores de aves, pero la veda para cazar palomas zuritas podía abrirse ya; aunque hay una solución menos cruenta, como es la de retirar los huevos de sus nidadas en los meses de mayo y junio.